Un perro con una mente activa es un animal más feliz. Los juegos de sonidos no sólo nos ayudan a estimular la inteligencia del perro. También son un modo de evitar el aburrimiento canino y, de esta forma, conductas indeseadas, como destrozos de muebles en casa, ladridos excesivos o animales demasiado dependientes. Este artículo recoge juegos divertidos para trabajar la inteligencia del perro con sonidos: escúchala y síguela, pelotas sonoras, música para el perro y aprender a golpe de clicker.
Juegos con sonidos para estimular la mente del perro
Utilizar el sonido de un modo divertido, y con grandes dosis de cariño, puede ser un interesante juego para activar la mente de nuestros perros. «Los canes reaccionan a los distintos sonidos de modo similar a cómo la música es capaz de provocar o potenciar determinados estados de ánimo en los canes», afirma la científica Lori Cogan, de la Universidad de Colorado, autora de una de las investigaciones más importantes hasta el momento sobre la influencia de la música sobre los perros.
Los humanos prestamos atención a la cama del perro, al tipo de correa con la que salimos al parque canino o al alimento para perros que ofrecemos a nuestro peludo compañero. «Sin embargo, solemos olvidarnos de la importancia que tiene el sonido como parte del entorno de los perros: los ruidos y soniquetes tienen un impacto en el can y los perros responden a estas sonoridades», coincide Patricia McConnel, una de las etólogas caninas más respetadas en el plano internacional.
McConell también ha estudiado el impacto de los diferentes sonidos en el perro y concluye lo siguiente: mientras que los soniquetes rápidos y repetidos aceleran la actividad canina, otros más melódicos constituidos por notas prolongadas pueden ayudar a calmar a los perros.
En cuanto a los juegos caninos, estos pueden tener en cuenta los sonidos y aprovecharlos para estimular la mente del perro. Aquí tiene cuatro ideas sonoras y divertidas para compartir con su peludo amigo.
1. Juego con sonido para perros: «Escúchala y síguela»
Acariciar de modo juguetón a su perro y acompañar ese contacto con un ruido es una buena incitación al juego para su can. Pruebe a realizar las caricias perrunas de forma repetida en diferentes partes del cuerpo de su amigo, siempre acompañadas por el mismo ruido.
El perro tardará poco en identificar el ruido con el juego de tacto. Una vez que esté seguro de que el can ha comprendido la actividad, puede tratar de realizar el ruido y esperar unos segundos antes de tocarle. El perro suele divertirse mientras averigua por dónde vendrán las caricias cada vez.
2. Juegos con sonido para perros: pelotas
Las pelotas sonoras, con cascabel, semillas o cualquier otro objeto que suene en su interior, pueden ser un divertido juego para compartir con su can.
Esta alternativa resulta divertida y muy útil para jugar con un perro anciano, ciego o que haya perdido parte de su visión. El juego puede ser más fácil si nos anudamos con una cuerda al zapato o pierna un objeto sonoro -un cascabel-. Nuestro amigo de cuatro patas percibirá con claridad cuándo nos acercamos y le ayudaremos a reconocernos.
3. Música para el perro
Los sonidos proporcionan sensaciones al can y son un recurso para tranquilizar a un cachorro nervioso, que sufre cuando se queda solo en casa. Del mismo modo, oír a unos lobos aullar o escuchar unas ballenas salvajes en el mar resulta un estímulo para el cerebro del perro.
Internet ayuda a obtener algunos de estos sonidos. Una herramienta es el portal Animal Sounds, que recopila interesantes sonoridades animales: desde aves a leones, animales de granja y otros canes que ladran.
4. Aprender a golpe de clicker
Un instrumento sonoro que resulta de gran utilidad para que el cachorro de perro aprenda sencillas pautas es el clicker. El sonido que emite este dispositivo de educación canina será la señal que marque al cachorro que, si obedece, obtendrá una buena recompensa. Y mientras, estimulará su inteligencia.
«El clicker es una herramienta sonora muy precisa que podemos utilizar con los perros, ya que permite premiar justo la conducta que queremos», afirma Davinia González, autora del blog Educación canina en positivo.