¿Su gato no quiere comer y rechaza el alimento? La alimentación de los felinos puede traernos de cabeza. No es extraño que un gato repudie unas bolitas de pienso, se niegue a comer el alimento que antes adoraba o decida que no volverá a probar esas nuevas latas de comida húmeda y untosa. ¿Qué le ocurre? En este artículo se explica por qué es muy peligroso que un gato deje de comer, incluso sólo dos días, y se ofrecen cinco trucos para conseguir que un gato que no come recupere su apetito: calentar la comida, racionarla, diversificar el alimento, duplicar el cariño con el gato inapetente y acudir al veterinario.
Mi gato no quiere comer: un peligro serio
Aunque las bromas acerca de los exigentes hábitos alimentarios de los gatos son frecuentes, la comida de nuestro felino no es un tema que debamos tomarnos a la ligera. «Los gatos pueden rechazar su alimento como respuesta al estrés o bien porque padecen dolor o una enfermedad que les robe el apetito», explica la Sociedad Internacional de Medicina Felina.
Un gato que no come, además, corre un peligro serio. Las consecuencias para su salud pueden ser nefastas, incluso en muy poco tiempo. «Los gatos que no comen tienen riesgo de desarrollar una enfermedad llamada lipidosis hepática, una dolencia del hígado que puede resultar mortal», añaden estos veterinarios.
La lipidosis hepática felina, una peligrosa acumulación de lípidos en el hígado, es una enfermedad que aparece en los gatos que no comen o rechazan su alimento, incluso cuando la comida ha faltado durante un periodo de tiempo corto: dos o tres días. El peligro también existe para los gatos que no ingieren una alimentación equilibrada, con carencia de nutrientes esenciales para su salud.
Entonces, ¿qué hacer para conseguir que nuestro gato coma lo que necesita? ¿Cómo animar al felino a disfrutar del alimento que rechaza? Nunca hay que forzar a un gato a comer. El consejo y la única vía es animarle, entender sus necesidades alimentarias y acudir al veterinario, en caso necesario. Aquí van cinco trucos que combinan el alimento y el cariño.
1. ¿Su gato no come? Diversifique su dieta
El olor, la textura y la temperatura del alimento son aspectos que los gatos tienen muy en cuenta. También son características que los humanos podemos modificar sin dificultad, con el fin de animar a un gato inapetente a comer.
«Cuando un gato no quiere comer, podemos ofrecerle diversos alimentos de texturas diferentes, piensos y latas, y a horas distintas, con cuidado de asegurarnos que introducimos el nuevo alimento de forma paulatina, para no crear problemas estomacales al gato», explica la asociación Gatos, dedicada a la defensa y protección de los felinos.
2. ¿El gato no quiere comer? Caliente un poco el alimento
Una lata de comida húmeda para gatos fría, recién sacada de la nevera, no es tan atractiva para los felinos como otra a temperatura ambiente. Recuerde sacar el alimento del frigorífico una hora antes de ofrecérselo al peludo comensal.
Otra opción pasa por calentar la comida en el microondas durante 30 segundos, en un plato apropiado, para potenciar el olor, y removerla después para asegurarse de que tampoco está demasiado caliente.
3. Anime a su gato a comer con raciones pequeñas
Los gatos son animales de hábitos cazadores, por lo que en la naturaleza no tienen alimento disponible las 24 horas del día: necesitan cazarlo antes.
Esto explica por qué muchos expertos recomiendan que racionemos la dosis diaria del alimento de los gatos a lo largo del día, en lugar de dejarle la comida siempre disponible en cuencos rebosantes de alimento. «Las pequeñas raciones de alimento suelen ser menos abrumadoras para un gato que no quiere comer y, además, nos aseguramos de que la comida siempre está fresca», añaden estos especialistas.
4. ¿Su gato no quiere comer? ¡Acompáñele a la mesa!
Los gatos que rechazan su alimento pueden hacerlo por culpa del estrés. Por ello, la pauta es ofrecerles un sitio tranquilo y fuera del tránsito del resto de habitantes de la casa, donde puedan comer sin ser molestados.
Un gato mal comedor puede sentirse feliz y reconfortado por recibir algunas atenciones extras al resto de felinos de la casa: como un espacio separado y elevado para comer.
Los gatos, además, responden de forma intensa al cariño que les ofrecemos: podemos ofrecerles pequeñas raciones de alimento húmedo en nuestros dedos, para que las laman.
Tener cerca a su humano (es decir, nosotros) también relaja a un gato mal comedor. Quedarnos con él, acompañarle e, incluso, hablarle de forma suave mientras come puede ayudarnos a conseguir que nuestro gato tome confianza y recupere el interés por el alimento.
5. ¿El gato no come? Descarte un problema de salud
Algunos gatos son más quisquillosos que otros al elegir su alimento. Sin embargo, otros felinos dejan de comer por culpa del estrés o de problemas médicos que deben ser examinados con urgencia por su veterinario felino.
La alimentación diaria y equilibrada del gato es muy importante: no descuide la alimentación de su peludo compañero de vida.
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