El jardín es un lugar muy preciado para todo buen jardinero. Por ello, a cualquiera que haya invertido parte de su tiempo en plantar y ver crecer a unas plantas le molestará mucho que se pise el jardín. Por ello es muy práctico que se haga un caminito por el que desplazarse a través del mismo sin dañar a las plantas.
Para realizarlo son necesarios los siguientes elementos: estacas pequeñas, cordel, grava, una pala, arena, cemento, trocitos de pavimento, un tablón, espiga de madera grande, maceta y cincel, llana de albañil y un cepillo duro.
Tras delimitar en el jardín el lugar por donde discurrirá el camino con el cordel y las estacas, se eliminará una capa de tierra de unos 10 centímetros de profundidad. A continuación de aplicará la grava sobre el terreno delimitado y se apisonará con la espiga de madera hasta que la superficie esté sólida. Para obtener esta grava existen dos opciones: o bien se compra en un establecimiento especializado o se fabrica de forma casera triturando ladrillos y piedras.
A la hora de realizar el camino es importante tener en cuenta que hay que dejar un poco de desnivel para que el agua no se quede estancada. Si el sendero está situado cerca de una pared el desnivel no debe estar dirigido hacia la misma, sino en sentido opuesto.
Para que los bordes del sendero sean resistentes se excavará bajo el terreno circundante y se usarán sus orillas como paredes. También existe la posibilidad de formar un reborde.
A continuación se formará el mortero. Para ello es necesario mezclar cuatro partes de arena con una de cemento. No es necesario elaborar el mortero para más de dos o tres trozos de pavimento a la vez. De esta manera se evita que el mismo se seque antes de colocarlo.
El grosor de la capa del mortero debe ser de aproximadamente 2,5 centímetros de grosor. Después se amoldará la mezcla a la superficie con la llana de albañil y se comenzarán a colocar los trozos de pavimento. Hay que procurar que se amolden unos a otros de la mejor manera posible.
Los trozos de pavimento estarán separados unos de otros un centímetro y medio más o menos. Para colocarlos definitivamente en su sitio es aconsejable utilizar el mango de la maceta. De esta manera se dejan todos al mismo nivel. Para esto se puede utilizar también un nivel de burbuja.
Para finalizar hay que preparar una nueva mezcla, esta vez compuesta por una parte de cemento y dos de arena, sumándole un poco de agua. Se extenderá entre los trozos de pavimento con un cepillo oprimiendo con la punta de la llana de albañil y quitando el sobrante.