El yeso es un material que se seca rápidamente, en aproximadamente 15 o 20 minutos. Muchas veces es interesante que se mantenga fresco durante más tiempo cuando la tarea que se realice requiera una duración mayor.
La mayoría de los trucos que se suelen utilizar para efectuar el retardo del secado de este material son negativos. Se suele añadir agua o removerlo rápidamente. Este tipo de actuaciones hacen inservible la mezcla. Si, como también se suele hacer, se añaden productos con amoniaco o fosfatos puede que el yeso no se endurezca cuando esté aplicado sobre la superficie que se está tratando y que luego aparezcan manchas durante el secado. Este tipo de técnicas no se deben realizar si se quiere obtener un buen resultado.
La única solución práctica es utilizar un tipo de yeso diferente al normal. Se trata del yeso fraguado controlado para moldear. El tiempo que emplea este tipo de yeso para el secado es mucho mayor, con lo que deja más margen de tiempo para realizar la tarea correspondiente.