La pintura será el elemento que se deberá utilizar para dar a las maderas la protección adecuada de las inclemencias del tiempo. El tipo de pintura que necesario para la protección dependerá del tipo de madera del que se trate y del lugar en el que se encuentren las maderas. Evidentemente, en una zona seca las medidas a tomar serán distintas a una zona húmeda.
Si la madera es blanda se aconseja utilizar pinturas traslúcidas, un tipo de pintura que tapa más. Las maderas blandas son aquellas que provienen de las coníferas como la de álamo o la de pino. Este último tipo de madera es de color claro, y por ser blanda se trabaja bien, pero se pule y se barniza mal. Las maderas blandas necesitan más protección contra la putrefacción porque son más débiles.
Si la madera es dura se recomiendan pinturas transparentes, que tienen una mayor resistencia. Se trata de maderas como la de nogal, de dureza intermedia y de color marrón oscuro. Es un tipo de madera que se trabaja bastante bien y que se utiliza a menudo para la confección de chapas, o como la de roble, una madera muy dura y de gran calidad.