Pagar las compras con tarjeta, tanto de crédito como de débito, es una operación cómoda y sencilla que permite agilizar el abono sin tener que llevar dinero en la cartera. Pero este trámite también tiene inconvenientes, como las altas comisiones que se deben soportar al utilizarlas, tanto de forma directa como indirecta. A partir de ahora este problema se reducirá tras la decisión comunitaria, pendiente de ser refrendada por la Eurocámara, que contempla que las tasas que los bancos cobran a comerciantes por el pago con “plásticos” se limiten al 0,30% en tarjetas de crédito y 0,20% si es de débito. Aunque en España se aprobaron estos mismos límites en junio de 2014, esta medida supone, como se explica a continuación, la implantación definitiva de este modelo en Europa, de tal manera que se puedan abonar las compras en territorio comunitario sin que los comerciantes carguen comisiones tan altas en el precio de los productos.
Repercusión en los consumidores
Los límites a las tasas que cobran los bancos a los comerciantes por el pago con tarjeta se aplicarán tanto a transacciones nacionales como internacionales dentro de la Unión Europea y se harán efectivos en un plazo único de seis meses desde la entrada en vigor de la futura ley. En cualquier caso, la medida repercutirá de manera positiva en los consumidores, no solo en sus operaciones en terreno nacional, como sucedía hasta ahora, sino en todos los países del espacio comunitario. Pero no será de forma directa, sino a través de las actuaciones de los propios comerciantes. Esto es así porque las comisiones las pagan estos a los bancos emisores.
Si los límites de las comisiones por pagar con tarjeta bajan, se debe reflejar en el precio final que abonan sus titulares
En cualquier caso, los comerciantes cargan la comisión en el precio final, algo que encarece los productos adquiridos por los consumidores. Por lo tanto, si los límites de las comisiones bajan, es obvio que se debe reflejar en el precio final que deban abonar los titulares de las tarjetas. Las comisiones, en el caso de las tarjetas de crédito, se reducen hasta la mitad.
Además, la aplicación de esta nueva medida comunitaria supondrá una homogeneización de las comisiones a nivel europeo. No en vano, mientras que en España ya hay una legislación al respecto, en otros países estas tasas están sometidas solo a las decisiones adoptadas por organismos económicos nacionales, por lo que las variaciones son muy sensibles, con la lógica desorientación de los viajeros. De esta forma, tras su aprobación en el ámbito europeo, todos los consumidores se regirán bajo las mismas comisiones.
Implantación en un año
La puesta en funcionamiento de estos límites en las comisiones de las tarjetas en el ámbito comunitario no será inmediata, ya que tiene que recorrer un camino que puede durar seis meses hasta que se implante de forma definitiva. De esta manera, el presente acuerdo, aprobado por la Comisión de Asuntos Económicos, deberá ser refrendado por el Pleno de la Eurocámara a finales del mes de abril, así como por el Consejo. Desde su publicación oficial, los países tendrán seis meses para que las operaciones comerciales se rijan por estos nuevos límites en todos los «plásticos».
Otra forma de limitar los gastos de las tarjetas es eliminar los pagos de cualquier comisión al suscribirla, que pueden ser por emisión, renovación, gastos administrativos o tan solo por solicitar tarjetas adicionales a la original.
Se puede evitar este gasto al elegir una entidad que incorpore este modelo (sin comisiones) a sus tarjetas, que se va imponiendo en la actual oferta de estos productos bancarios.
También se pueden sortear las comisiones al contratar determinadas cuentas, en especial las que exigen la domiciliación de la nómina, que generan este servicio de forma automática o si se contratan otros productos con su banco, entre los que destacan los planes de pensiones o programas de ahorro.