En invierno, es frecuente que las bajas temperaturas congelen el agua que transita por las tuberías exteriores de un edificio. Cuando esto ocurre, lo más habitual es que el suministro se interrumpa hasta que el hielo desaparezca de los tubos y el agua vuelva a circular con normalidad. Sin embargo, hay inconvenientes mayores. Si el frío es intenso, es posible que la tubería, ya sea de plástico o de cobre, estalle y origine filtraciones, incluso inundaciones, en el hogar. Para evitarlo, es recomendable tomar ciertas precauciones y saber cómo actuar en caso de que una tubería se deteriore por la acción del hielo.
¿A qué temperatura se congelan las tuberías?
Para que el agua de las tuberías se congele tiene que estar a una temperatura por debajo de 0ºC durante un tiempo prolongado.
Es una situación que se cumple cada invierno en numerosas localidades de España, sobre todo del interior. Los termómetros están en valores negativos, de manera especial durante las noches.
Cómo prevenir la congelación de tuberías
Las tuberías que se encuentran a la intemperie o en el interior de pisos superiores son las que más sufren el riesgo de congelación. En este último caso, en especial, ocurre en habitaciones que se usan poco y, por lo tanto, no es habitual la calefacción, como desvanes, buhardillas o camarotes.
Cuando el termómetro se sitúa en 0ºC, el agua se congela. Como resultado, se solidifica y aumenta de volumen hasta formar hielo. La presión que éste ejerce llega a ser tan alta que, en ocasiones, rompe las paredes de la tubería.
Si el congelamiento se origina en un punto de la instalación próximo a una unión, lo habitual es que se produzcan filtraciones. Sin embargo, si se congela todo un tramo de tubería, es posible que ésta reviente. Por este motivo, es fundamental:
❄ Dejar gotear agua
- Abrir los grifos cada cierto tiempo
- Dejar un pequeño goteo que prevendrá la congelación del agua en el interior de tuberías y cañerías
- Localizar la llave de paso para controlar si hay escapes de agua o rotura de tuberías.
❄ Aislar los tubos del frío intenso
- Hay que cubrir las tuberías o caños con un material aislante, como lana de fibra de vidrio.
- Después, se forran con una tela para formar un manto protector. Basta cualquier tejido, pero si se desea reforzar el aislamiento, es preferible optar por telas gruesas y opacas, o incluso por láminas de goma.
- Para terminar, se debe sellar el conjunto con cinta adhesiva gruesa e impermeable.
¿Qué puedes hacer para solucionarlo?
Si a pesar de todo las tuberías se congelan en algunos tramos de la instalación, es posible descongelarlas para recuperar el suministro de agua y evitar desperfectos mayores. ¡Aprende cómo hacerlo!
- Cuando las tuberías de agua que están a la intemperie se encuentran recubiertas por escarcha, es fácil localizar con exactitud los puntos atascados por el hielo.
- No obstante, en ocasiones resulta más complicado. Para facilitar la tarea, se deben abrir todos los grifos del hogar. Así es posible averiguar cuáles funcionan con normalidad y cuáles están obstruidos por el hielo.
- Una vez localizadas las partes afectadas, se debe emplear cualquier elemento que dé calor para elevar la temperatura de la tubería hasta que el hielo desaparezca. Por seguridad, es conveniente elegir herramientas que lo hagan de forma seca y sin llama para evitar riesgos de explosión. Los secadores de pelo y los decapadores térmicos son dos opciones apropiadas.
- Las tuberías de cobre transmiten de forma óptima y rápida el calor. Por ello, la descongelación será inmediata. Antes de calentar los tubos, es recomendable dejar abierto el grifo afectado. El goteo de agua es una señal inequívoca de que la descongelación ha sido efectiva.
Cuando una tubería estalla por la fuerza del hielo:
🔹Lo primero que se debe hacer es cerrar las llaves de paso y apagar el calentador de agua.🔹Después, es necesario sellar los desperfectos:
– Para ello, es posible parchear la tubería con un trozo de manguera. Se debe cortar y abrir de forma longitudinal, y fijarlo al tubo con unas abrazaderas o un alambre.
– Cerrar las grietas de la tubería con una masilla epóxida es otra de las alternativas. En este caso, el arreglo es más duradero. La superficie debe estar limpia y lijada. La solución se aplica y se distribuye con un trapo húmedo hasta cubrir la zona afectada. Una vez que el tiempo de secado transcurra, el agua vuelve a circular por la tubería sin pérdidas.