Las medusas son cada vez más frecuentes en las playas. Saber cómo pican, de qué manera actuar si ya lo han hecho o cuáles son las especies más peligrosas resulta muy útil ahora que estos animales pueden hacer acto de presencia en los arenales. Este artículo señala, además, otras informaciones interesantes sobre las medusas.
1. Las medusas no atacan, pican por contacto
Para lavar la herida por una medusa se tiene que utilizar agua salada, nunca dulceLas medusas no atacan, sino que pican cuando se contacta con sus tentáculos. Por ello, hay que evitar los movimientos bruscos en el agua y no tocarlas nunca, aunque estén fuera del mar y parezcan muertas. Las células urticantes de sus filamentos pueden seguir activas y desprenderse.
El empleo de cremas solares, además de filtrar las radiaciones, actúa como capa aislante frente a tentáculos de medusas y otras especies o sustancias tóxicas que flotan en el agua.
2. Cómo actuar ante la picadura de una medusa
Dolor y picor inmediato, ardor, inflamación, enrojecimiento e incluso sangrado son los síntomas más comunes de una picadura de medusa. En tal caso, hay que salir del agua y acudir a los socorristas. Si el estado de la víctima empeora pasada media hora, se debe ir de inmediato a un centro sanitario.
Para lavar la herida se tiene que utilizar agua salada (nunca dulce, ya que podría romper las células urticantes). No hay que rascarse ni fregarse la piel con arena o toallas. Pero sí que hay que sacar los restos de tentáculos, si son evidentes.
Si se conoce la especie que ha provocado la picadura, es mejor para afinar el tratamiento. Para la Pelagia noctulica, la más común en aguas españolas, se recomienda una solución acuosa concentrada 1:1 de bicarbonato sódico. No son aconsejables sustancias como el amoniaco, que irrita la piel, además de no ser efectivo para determinadas especies.
La aplicación de frío con una bolsa de plástico llena de hielo durante unos 15 minutos alivia el dolor y hace que el veneno se degrade en parte y reduzca la intensidad de la lesión, si no ha transcurrido demasiado tiempo. Al ser una herida hay que cuidarla para que no se infecte. Un antiséptico como la tintura de yodo y una cobertura mediante vendas ayudan a que cicatrice la herida.
3. Las medusas aumentan en todo el mundo
Las medusas se multiplican en todos los océanos del mundo. Los científicos señalan varias razones:
- El incremento de los nutrientes del agua. La contaminación que llega a los mares se convierte en alimento que aprovechan con rapidez.
- La sobrepesca. La captura de especies que compiten por el alimento o la disminución de sus depredadores naturales, como la tortuga boba, también afectan.
- El cambio climático. El aumento de la temperatura del agua les proporciona mejores condiciones para reproducirse.
4. Las medusas más peligrosas no vienen a las costas españolas
La mayoría de las medusas que llegan a las costas españolas no son muy dañinas y ninguna es mortal. Una de las más habituales es la Pelagia noctulica. Su roce puede producir una lesión cutánea, con una sensación similar a la de quemarse con un alambre.
En los últimos años se han visto otras especies más peligrosas. La «carabela portuguesa», procedente de África, se ha divisado en algunas zonas del Cantábrico y del Mediterráneo. Esta especie es capaz de producir un dolor más intenso y síntomas que pueden acabar en la hospitalización del afectado. Una cubomedusa de la especie Carybdea marsupialis, propia de aguas tropicales, se vio por primera vez en las playas de Denia (Alicante). Difícil de detectar por su pequeño tamaño, su picadura es dolorosa.
5. Las medusas están compuestas básicamente de agua
El aspecto transparente de las medusas se debe a que están compuestas por un 95% de agua. Esta densidad similar al agua que las rodea les proporciona una ingravidez con la que ahorran energía. Aunque pueden propulsarse en cierta medida gracias a movimientos rítmicos, se desplazan por las corrientes marinas.
6. Las medusas se comen en algunos países
En países como Japón, Corea o China el consumo de medusas es bastante habitual, sobre todo como snacks y acompañamiento en ensaladas y otros platos. Como aparece en algunas investigaciones, su contenido en grasa, sal y calorías es bajo. De las medusas se aprovecha la cabeza y, según un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), muchas especies poseen sustancias útiles para el desarrollo de medicamentos y productos biotecnológicos.
Sin embargo, la Unión Europea (UE) no las reconoce como alimento y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) recuerda que hay pocas medusas comestibles en las costas españolas.
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