El tren es más seguro, ecológico y económico que el transporte por carretera o el avión, que a pesar de ello son los medios de locomoción predominantes. Las líneas ferroviarias españolas no aprovechan todo su potencial e incluso, en algunos casos, reducen sus líneas y frecuencias. Este artículo ofrece siete ideas de varios expertos para impulsar el uso del tren.
1. Potenciar el transporte de mercancías
«España no puede tener AVE por todas partes, es muy caro e innecesario»El principal desafío del ferrocarril en España en la actualidad es el transporte mercante, según los especialistas consultados. Fernando Rodríguez Garrapucho, experto de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril (FEAAF), recuerda que su empleo no llega al 4%, «un déficit desproporcionado respecto al resto de países europeos, una situación absurda en contra del Libro Blanco del transporte europeo, en contra del sentido común y del uso de las infraestructuras ferroviarias y del gasto público».
Luis Santos y Ganges, profesor de la Universidad de Valladolid y experto en las relaciones entre urbanismo y ferrocarril, lo califica como «un desastre ante el que hay muchísimo por hacer». En su opinión, «hay que mejorar muy sustancialmente su gestión empresarial, adaptar y alargar los apartaderos para trenes mucho más largos, perfeccionar su relación con los puertos, sistematizar los sistemas de transporte intermodal y optimar su papel en las plataformas e instalaciones logísticas».
2. Alcanzar la relación óptima entre tiempo, distancia y precio
Los ciudadanos buscan un buen servicio que reúna varias características. Por ello, el tren tiene que lograr el equilibrio entre los tiempos de viaje, la distancia que recorre y los precios que cuesta, argumenta Rodríguez Garrapucho.
3. Reducir el desproporcionado peso de la carretera
El transporte por carretera seguirá siendo el medio predominante por mucho que se promueva el tren, reconoce Santos y Ganges. Ahora bien, el objetivo para aumentar el peso del ferrocarril es que el de la carretera no sea «tan desproporcionado» como en la actualidad.
4. Mejorar las líneas convencionales y no abandonarlas
Otro de los retos esenciales del tren para aumentar su utilización es mejorar las líneas convencionales, acortar tiempos y mejorar el confort, sostiene Joan Antoni Romaguera, presidente del Centre D’Estudis – Modelisme Vapor de Barcelona. Además, este experto subraya que las líneas convencionales no se deben abandonar, porque en tal caso «se dejará de cumplir su misión social al no servir a una parte importante de la población».
5. Adecuar los servicios del tren a las necesidades reales
Rodríguez Garrapucho afirma que el uso del tren en España tiene grandes desproporciones, por regiones y tipos de trayectos. El tren de alta velocidad (AVE) se ha convertido, según este especialista, «en un instrumento de propaganda y arma política, lo cual estropea toda planificación racional y conveniente». En su opinión, «España no puede tener AVE por todas partes, es muy caro e innecesario». Ahora bien, se pueden adecuar trayectos a velocidades de 200 km/h, una medida «no tan costosa como el AVE y muy competitiva».
Santos y Ganges recuerda que, aunque el ferrocarril de viajeros es un medio especializado en cortas y en largas distancias, no debe obviarse «su relevante papel social de la escala regional, más si cabe en un país no muy poblado ni denso, con ciudades separadas en territorios extensos».
6. Hacer una buena labor de información y educación ambiental
El tren necesita ganarse de nuevo la confianza de los españoles, afirma Rodríguez Garrapucho. Para ello propone una publicidad adecuada de sus enormes ventajas sociales, personales y económicas, una educación desde niños que favorezca su utilización y una labor de concienciación ecológica para todos los ciudadanos.
Jesús Vigil, presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid y de la FEAAF, sostiene que los ferrocarriles españoles llevan muchos años dando un buen servicio a sus usuarios. «Esta experiencia debería aprovecharse más para convencer a todos los ciudadanos de sus ventajas», apostilla.
7. Impulsar iniciativas a corto, medio y largo plazo
El impulso del tren no se puede conseguir de la noche a la mañana, sino que necesita una adecuada planificación con medidas a corto, medio y largo plazo. Así lo señala el informe «Plan Tren 2020: Propuesta ferroviaria para una nueva realidad». Según uno de sus responsables, Georgios Tragopoulos, técnico de eficiencia energética de la organización conservacionista WWF, el ferrocarril se debe orientar a las necesidades de movilidad metropolitana, cotidiana y de mercancías y se debe abandonar el planteamiento de suprimir servicios considerados «deficitarios» basándose en la ocupación actual, sin haberse aplicado antes modelos de bajo coste y políticas de estímulo de la demanda, como han hecho numerosos operadores ferroviarios de la Unión Europea (UE).
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