El primer paso es quitar el filtro antiguo. Se debe desconectar la campana, desenchufándola o cortando la electricidad en el cuadro de fusibles principal. A continuación hay que liberar los tornillos que sostienen la capa del filtro y extraerlo. Para limpiar el filtro hay que tener en cuenta de qué material es este elemento. En caso de que el filtro sea de fibra de fieltro se puede lavar a mano, sin escurrirlo demasiado, ya que puede perder su forma original y será más difícil colocarlo. Conviene estirarlo bien sobre una superficie lisa y dejar que se seque al aire libre. Si el filtro es de carbón o papel, hay que colocar uno nuevo.
Por último en el caso de que el filtro sea de metal se puede lavar con agua caliente y detergente biodegradable. También se pueden lavar en el lavavajillas, en este caso hay que tener en cuenta las recomendaciones del fabricante. En cualquier caso, se optará por el programa corto o ecológico (55 – 600 C), sin secado ni abrillantado. Un tratamiento incorrecto de los filtros puede perjudicar su aspecto estético.