Coloniales, rústicos, con aspas de madera o aluminio, de colores, monocromáticos… Los ventiladores de techo ayudan a soportar mejor los días de calor, a la vez que aportan estilo a la habitación, ahorran espacio, y distribuyen el aire de forma homogénea a todos los rincones. Y todo por el mismo consumo que una bombilla. Para disfrutar de todo ello sólo hay hacer una buena compra, y una correcta instalación del aparato.
Las claves del proceso de instalación
Una de las premisas a la hora de instalar un ventilador en el techo es que éste tenga el tamaño adecuado para la habitación donde se va a colocar. Uno demasiado pequeño no ventilará lo suficiente, y si es muy grande hará volar el polvo por todas partes. Una vez elegido el aparato, otro de los interrogantes es dónde colgarlo. El lugar más idóneo para colocar este tipo de ventiladores, y lograr una mejor circulación del aire, es el centro de la habitación. Por razones de seguridad se debe evitar su ubicación encima de la cama. Si el ventilador se va a instalar en un porche o en un patio, sus componentes deben ser resistentes al agua y demás agentes externos.
Además de seguir las instrucciones del fabricante en cuanto a instalación, también hay que tener en cuenta la distancia mínima con cualquier otro objeto en forma lateral, que no puede ser menor a cincuenta centímetros. La distancia al suelo recomendada es de dos metros.
Una vez instalado, conviene comprobar que no hay riesgo de que las paletas queden desparejas o los tornillos flojos. Si se da alguna de estas circunstancias puede provocar que el ventilador se caiga o se rompa.
En cuanto a los controles de encendido y velocidad, el aparato puede incorporar un interruptor en forma de cadena que cuelga del cuerpo del mismo, o un control remoto. Esta última opción es muy ventajosa, en especial si el ventilador está a mucha altura.
Tipos de techo
A la hora de instalar un ventilador en el techo de cualquier habitación hay que tener en cuenta el material con el que se ha realizado, con el fin de ajustar el anclaje del aparato. En la actualidad los anclajes cumplen con todas las normas pertinentes de seguridad, por lo tanto hay que saber en qué tipo de techo se va a realizar la instalación con el objetivo de que sea segura.
Los techos suspendidos en yeso requieren mayores cuidados a la hora de instalar un ventilador
Los techos que requieren unos mayores cuidados a la hora de instalar un ventilador son los suspendidos en yeso. Este tipo de superficie tiene por encima de la caja de distribución una varilla de hierro atada. Es recomendable colocar el anclaje del ventilador en esta varilla. Aun así, conviene conocer al detalle las características de este techo con el fin de conocer su nivel de resistencia.
En los techos de losa u hormigón la instalación es más sencilla y segura. En cualquier caso lo que nunca hay que hacer es colocar el anclaje en la caja de distribución ya que podría desprenderse. En los techos de madera una forma segura de anclar el ventilador es fijarlo en las vigas. Al no existir cajas los cables se pueden disimular fijándolos a la madera y camuflándolos.
Una vez instalado el ventilador la tarea principal es evitar que oscile. En caso de que esto ocurra hay que tratar de balancear las palas intentando evitar la oscilación constante, ya que ésta es el principal motivo del desgaste del anclaje. Otra solución eficaz consiste en recurrir a unos dispositivos con forma de lápiz de doble punta. Miden unos 5 cm y se clavan en las paredes internas de las cajas de distribución. Esta solución es una forma de afianzar la seguridad del anclaje, pero no hay que olvidar que tan sólo se trata de un complemento.
Dos aspectos fundamentales que se deben valorar antes de comprar un ventilador de techo son el nivel de ruido y el balanceo.
La mejor forma de asegurar una buena compra es probar el aparato en la tienda. Si se detecta cualquier ruido, por pequeño que sea, es mejor seguir buscando.
Hay aparatos de tres, cuatro o cinco aspas. Con menos aspas más aire, pero menos uniforme.
El largo de las aspas tiene relación directa con la cantidad de aire que pueda mover utilizando la menor cantidad de revoluciones de su motor.
Si el techo es alto debe incorporar mando a distancia.
Debe tener, como mínimo, tres velocidades de giro para poder regular la cantidad de aire según el calor de cada momento.
Los modelos más versátiles incorporan un inversor de giro. Este sistema es muy útil en invierno, ya que hace circular el aire caliente de arriba hacia abajo.
Antes de decidirse por uno u otro modelo se debe comprobar su robustez, los materiales de las palas y las uniones de éstas con el dispositivo central.