El ébola podría ser una epidemia superada a finales de 2015, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). África occidental podría quedar libre de esta enfermedad si se siguen unas pautas basadas en detectar y aislar cada caso. A esta conclusión se ha llegado tras una disminución en el número de diagnósticos confirmados y al éxito en los primeros resultados llevados a cabo con una nueva vacuna cuyos ensayos en Guinea han demostrado una efectividad al 100%. En este artículo se explican cuáles son las condiciones para declarar el fin del brote de enfermedad por el virus del Ébola (EVE) y en qué consiste el desarrollo de esta vacuna y sus posibilidades.
Condiciones para declarar el fin del brote de ébola
El virus del Ébola ha mantenido en vilo a África occidental desde hace un año y medio. Guinea, Liberia y Sierra Leona han sido los países más afectados por esta enfermedad, que se ha cobrado la vida de más de 11.000 personas y ha cercenado la existencia de otras tantas, muchas de ellas niños. Ellos, los pequeños más vulnerables, se han quedado huérfanos, sin recursos para vivir, ni posibilidades de estudiar y se han visto abocados a subsistir en la calle. Un informe de Plan Internacional, Save the Children y World Vision International, «Evaluación de la Recuperación Infantil ante el Ébola», recoge un aumento de los casos de explotación y violencia contra las niñas en Sierra Leona durante la epidemia de ébola, así como un incremento paralelo de los casos de embarazos adolescentes.
Para considerar superada la enfermedad, se tiene en cuenta un periodo de 42 días, el doble que la etapa de incubación de las infecciones por el virus del Ébola
Es imprescindible acabar con esta enfermedad. No solo basta preocuparse cada vez que una persona del Norte enferma, sino también cuando una persona del Sur lo hace y, peor aún, fallece. Sin embargo, no es tarea fácil. La OMS establece que «el brote de enfermedad por el virus del Ébola (EVE) se dará por terminado una vez transcurridos 42 días desde que el último caso confirmado haya dado negativo dos veces consecutivas» en los correspondientes análisis de sangre. Transcurrido este tiempo, el país en cuestión «deberá mantener durante 90 días una vigilancia reforzada y seguidamente asegurar un sistema de vigilancia continuada y la notificación de casos de EVE. El fin de este brote en la subregión del África occidental se declarará «cuando haya finalizado el periodo de 42 días en el último país afectado».
Este tiempo, 42 días, se estima equivalente al doble del periodo máximo de incubación atribuido a las infecciones por el virus del Ébola. Es decir, se deja un tiempo prudencial hasta considerar que la enfermedad se ha superado. El periodo de 90 días se fija para asegurar que en ese tiempo el virus no se transmite de nuevo entre personas ni surge un nuevo brote de un reservorio animal.
Cruz Roja ha advertido de que prolongará su operación de recuperación en los países afectados, «al menos, hasta 2017», ya que, según explica María Alcázar, directora de Cooperación Internacional de Cruz Roja Española, «la prioridad es tratar de poner fin a la epidemia, pero también es imperativo asistir a aquellos que quieren reconstruir sus vidas«. El estigma de haber padecido la enfermedad del Ébola no es fácil de superar. A la pérdida de familiares hay que sumar el rechazo de los vecinos u otros familiares. La propia OMS ha lanzado mensajes claros en los que recalca que «los supervivientes están totalmente recuperados y no presentan ningún riesgo para la comunidad en general».
Una vacuna contra el virus del Ébola
A finales de julio llegaba la buena noticia. Médicos Sin Fronteras difundía que una nueva vacuna contra el virus del Ébola se había mostrado «efectiva» en un ensayo a gran escala en Guinea. En el ensayo participaron 4.000 personas «en contacto estrecho con el virus hemorrágico en Guinea» y, según la revista médica The Lancet, la nueva vacuna, denominada VSV-ZEBOV, «es 100% eficaz 10 días después de haber sido administrada a una persona que no estaba infectada». La vacuna se ha desarrollado en tan solo 12 meses (este proceso suele durar 10 años) para atajar cuanto antes un brote tan mortífero como el de la enfermedad por el virus del Ébola. Ha sido un gran esfuerzo cuyos resultados, de mantenerse, supondrán el remedio que espera África desde hace tiempo.
No está previsto que la vacuna se administre de forma rutinaria, ya que el ébola no es una enfermedad infecciosa común
En este proyecto han estado implicados médicos, científicos, epidemiólogos y expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de Noruega, Canadá, Guinea, universidades de Florida y Maryland (EE.UU.) y la de Berna (Suiza), la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Reino Unido) y Médicos Sin Fronteras, según explica esta organización. Ella misma ha colaborado en la financiación, a la vez que sus equipos continúan en África atendiendo a la población afectada.
No está previsto que la vacuna se administre de forma rutinaria, ya que «el ébola no es una enfermedad infecciosa común», señala Mark Feinberg, director médico de Merck Vaccines, que emitió la licencia de la vacuna en noviembre de 2014. Un inconveniente importante, explica MSF, es que la vacuna debe mantenerse muy fría «en países tropicales donde la electricidad a veces escasea. Por lo tanto, en el futuro será preciso trabajar para desarrollar una formulación más termoestable». Además, hay que tener en cuenta que esta vacuna responde a la cepa Zaire, que ha causado la epidemia en Liberia, Sierra Leona y Guinea, pero otras como la cepa Sudán «pueden requerir el desarrollo de nuevas vacunas».