El Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares, que al final se construirá en el municipio de Villar de Cañas (Cuenca), despierta varias preguntas entre los ciudadanos. ¿Qué es y por qué hace falta? ¿Cuándo se construirá y a qué coste? ¿Será seguro? ¿Por qué ha recibido críticas? Este artículo responde a estos interrogantes sobre el ATC.
1. ¿Qué es el ATC?
Como su nombre técnico indica, el Almacén Temporal Centralizado (ATC) tiene como objetivo conservar en un único sitio los residuos nucleares sin que se produzcan reacciones en cadena, para mejorar su gestión y evitar los riesgos de tenerlos en varios lugares.
El ATC albergará unas 6.700 toneladas de residuos nucleares hasta 2070En teoría, la instalación estará diseñada para durar 100 años, pero se ha impuesto una limitación administrativa de 60. En este periodo, se estima que la tecnología necesaria para su tratamiento definitivo ya estará desarrollada. Por ello, sus impulsores apuntan que la expresión popular de «cementerio nuclear» no es correcta, porque no se depositarán para siempre los residuos. El centro tecnológico que se construirá asociado al ATC investigará las opciones de gestión final de estos materiales.
2. ¿Por qué hace falta un almacén nuclear en España?
En España se generan diferentes tipos de residuos nucleares. Los de muy baja, baja y media actividad se guardan desde 1992 en las instalaciones del Almacén Centralizado de El Cabril (Córdoba). Los residuos de alta actividad producidos en las centrales nucleares se conservan en unas piscinas especiales en las propias instalaciones, pero tienen una capacidad limitada. En tres de ellas, Trillo (Guadalajara), José Cabrera (Guadalajara, en desmantelamiento) y Ascó (Tarragona) ya se ha superado. Por ello, se han construido unos Almacenes Temporales Individualizados (ATI) hasta que esté operativo el almacén de Villar de Cañas. El total de residuos previsto que albergará el ATC será de unas 6.700 toneladas hasta 2070.
3. ¿Cuándo estará operativo y cuánto costará el ATC?
El coste del proyecto, cuya ejecución está prevista en tres fases, es de unos 900 millones de euros y el plazo para la construcción y puesta en operación se estima en torno a cinco años, según datos de Enresa, la empresa pública que gestiona los residuos radiactivos en España. El secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, aseguraba en fechas recientes que la instalación estará en pleno funcionamiento a principios de 2018, según los planes previstos por el Gobierno.
4. ¿Cómo será la instalación de Villar de Cañas?
El ATC de Villar de Cañas se basará en la instalación holandesa HABOG (ATC en holandés). El ATC español tendrá una capacidad diez veces mayor, pero con un diseño similar: una zona para recibir los residuos que llegan en tren o camión; un área para tratar estos desechos; y el almacén en sí. También contará con un centro tecnológico para investigación y experimentación. Los residuos radiactivos se encerrarán en tres barreras superpuestas: unos muros exteriores de hormigón de al menos metro y medio de grosor, un contenedor y una cápsula, ambas de acero.
5. ¿Qué grado de seguridad tendrá el ATC?
El complejo holandés, ubicado en Borssele, una localidad de unos 20.000 habitantes que tiene también una central nuclear, funciona desde 2003. Sus responsables aseguran que puede resistir terremotos de grado seis en la escala Richter, inundaciones, explosiones de gas licuado, huracanes y hasta el choque de aviones.
En cuanto a la seguridad de llevar los residuos hasta el ATC, desde Enresa recuerdan el medio siglo de transporte de residuos radiactivos y los más de 30 millones de kilómetros recorridos en todo el mundo sin accidentes con consecuencias radiológicas. La reglamentación del Organismo Internacional de la Energía Atómica y de la Unión Europea (UE) someten a los contenedores a unas pruebas extremas para demostrar su resistencia y estanqueidad en condiciones normales y en caso de accidente.
6. ¿Por qué se critica el ATC de Villar de Cañas?
El Gobierno admitió de forma oficial ocho candidaturas de trece municipios que se presentaron para albergar el ATC y, al final, eligió la de Villar de Cañas. Esta ubicación ha recibido diversas críticas al considerarse que no es la más idónea.
Desde el Colegio Oficial de Geólogos se afirma que han pesado más los criterios políticos que los científicos y que, aunque se construirá con todas las garantías necesarias, costará más dinero público al hacerse en un sitio inadecuado. En este colectivo profesional apuestan por los Almacenes Geológicos Profundos (AGP) en vez de por instalaciones como el ATC.
La Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta de Castilla-La Mancha también es contraria a la construcción del ATC en la localidad conquense. Sus responsables recuerdan que es una zona con altas cantidades de yeso y, por tanto, no es óptima para este tipo de instalación, además de por el hecho de que se halla en un área migratoria para las grullas. Por ello se plantean incluirla en la Red Natura 2000, el principal instrumento de la UE para proteger su biodiversidad y evitar así de forma legal su construcción.
Las organizaciones ecologistas subrayan que los municipios que albergan instalaciones nucleares no reciben tantos ingresos como se espera, se vuelven dependientes y se cierran en la práctica a cualquier posibilidad de lograr un desarrollo rural verde.
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