Una visita a un colmenar de abejas para conocerlas de primera mano y concienciarse sobre su delicada situación, una excursión a un monumento natural, bañarse en una piscina natural o en una playa fluvial, ir en bici por una vía verde… Estas y otras actividades de ocio en la naturaleza poco conocidas pueden resultar muy estimulantes para hacer en verano. Este artículo señala siete planes interesantes de naturaleza que no suelen hacerse por parte del gran público.
1. Visitar una colmena de abejas
Las abejas melíferas, las abejas de la miel, desaparecen en todo el mundo desde hace décadas. En los últimos años, el ritmo se ha acelerado por diversas causas provocadas en su gran mayoría por el ser humano, según diversos estudios. La situación es mucho más grave que quedarse sin miel: la mayoría de los alimentos que consumimos, o muchas plantas que ofrecen servicios esenciales en los ecosistemas, no serían posibles sin su polinización. Para conocer mejor a estos insectos, concienciarnos sobre sus problemas, y quién sabe, hasta para despertar el interés de convertirse en un apicultor, diversos colectivos proporcionan visitas guiadas a colmenares, como la Fundación Amigos de las Abejas, la Asociación Española de Apicultores o la organización Ecocolmena.
2. Observar aves en su hábitat
La observación de las aves en su hábitat natural mueve verdaderas pasiones y a cientos de miles de personas en países como Reino Unido o Estados Unidos, donde este fenómeno se denomina «birdwatching». En España no es tan conocido ni contabiliza las cifras de dichos países, pero se empiezan a ver cada vez más aficionados. Además, los «birdwatchers» más forofos de otros países no dudan en visitar espacios naturales españoles donde hay una gran variedad de especies únicas. Para dar un buen servicio a estos aficionados se ofrecen diversos servicios de observación ornitológica de carácter privado, institucional, de ONG ambientales o de casas rurales.
3. Descubrir un geoparque
Los geoparques son unos espacios naturales con un patrimonio geológico único a nivel internacional. Declarados por la UNESCO desde 1999, su riqueza, formada por elementos como montañas escarpadas, formaciones tectónicas y volcánicas, grutas o huellas fósiles, es un gran atractivo cultural, ambiental y turístico. En la actualidad se organizan en una red mundial que incluye un centenar. España posee ocho de estos geoparques, distribuidos por toda la península ibérica.
4. Admirar un monumento natural
Los Parques Nacionales y Naturales, o las Reservas de la Biosfera, son los espacios naturales protegidos más conocidos por el gran público. Pero no son los únicos. Los monumentos naturales son espacios o elementos de la naturaleza con un valor paisajístico, geológico, histórico o de otro tipo, como una isla, una cueva, un bosque, un acantilado, una cascada, etc. Su conservación aconseja un tipo de conservación especial, ya que por lo general se encuentran fuera de un entorno de una protección como los citados espacios anteriormente. En diversas comunidades autónomas se ha establecido esta clasificación concreta para darlos a conocer y conservarlos y merece la pena visitarlos y admirarlos.
5. Darse un baño en una piscina natural
Aguas cristalinas, termo-medicinales, bellos paisajes… Las piscinas naturales aprovechan las condiciones del paisaje para proporcionar una opción de baño alternativa a destinos más conocidos, como las playas o las propias piscinas convencionales. España posee una gran variedad de piscinas naturales en las que, al igual que en cualquier entorno verde, hay que comportarse de manera ecológica para respetar y cuidar.
6. Nadar en una playa fluvial
De forma similar a las piscinas naturales, las playas fluviales o de agua dulce aprovechan los espacios que brinda la naturaleza para ofrecer una alternativa de baño. España cuenta también con una gran cantidad y calidad de playas fluviales en su interior, algunas de ellas incluso han conseguido el distintivo de bandera azul. Además del baño y de todo tipo de actividades acuáticas, en ellas se puede disfrutar de bellos paisajes y de la oportunidad de observar diversas especies de fauna y flora.
7. Recorrer una vía verde
El programa Vías Verdes transforma desde 1993 antiguos trazados ferroviarios en recorridos cicloturistas y peatonales, rehabilitando el paisaje y revitalizando zonas rurales deprimidas. Se trata, por tanto, de una alternativa ecológica y de ocio para darse un agradable paseo andando o en bici e ir luego a sus restaurantes, hoteles rurales o ecomuseos. En la actualidad, hay más de 2.100 kilómetros de vías verdes y 89 itinerarios disponibles en toda España, según sus responsables.