En el océano Pacífico, en algún lugar entre San Francisco y Hawaii, existe una enorme isla de basura de un tamaño superior al de Francia, España y Portugal juntos. Los expertos se refieren a ella como la “gran mancha de basura del Pacífico”, aunque algunos prefieren llamarla el “séptimo continente”. La fuerza de las corrientes en la zona y los vientos que la azotan hacen que estos trozos de plástico queden atrapados en medio de las aguas sin alcanzar las costas. Pero no es la única. El siguiente artículo describe esta realidad cada vez más preocupante y en aumento, se aportan ideas para reducir el uso desmedido del plástico y se detalla el proyecto LIMBO, una iniciativa para recoger las basuras en el mar.
En el océano Pacífico existe una enorme isla de basura de un tamaño superior al de Francia, España y Portugal juntosEl motivo por el que la basura de todo el planeta acaba en esa región concreta es la existencia de un remolino gigante provocado por la fuerza de la corriente espiral del Pacífico Norte. Este hecho, sumado al de los vientos de esa área, contribuye a que la bolsa de basura se vea atrapada en medio de las aguas sin alcanzar las costas.
Ahora bien, no se trata de grandes restos de plástico, de hecho, a simple vista parece un bonito mar azul. Sin embargo, en diversos muestreos realizados en campañas de investigación, cada vez que los científicos echaban las redes, volvían llenas de pequeños trocitos de plástico.
Una realidad preocupante
Ante este hecho, son numerosos los datos que revelan la necesidad de tomar medidas urgentes para poner fin y controlar este problema. A continuación se describen algunos de ellos:
- Uno de cada cinco kilos de desechos plásticos acaba en los océanos.
- Más del 10% del peso de las muestras tomadas en el litoral es plástico. Los fragmentos se incrementarán con la producción. (Fuente: KIMO)
- En 2004, las muestras de agua marina contenían seis veces más plástico que plancton; es decir, de cada siete kilos, seis eran de plástico frente a uno de plancton. (Fuente: Algalita)
- Las aguas superficiales del centro de los océanos podrían no ser el destino final de los residuos plásticos ya que, como indica un estudio de la Expedición Malaspina, grandes cantidades de microplásticos podrían estar pasando a la cadena alimenticia marina. Esto significa que muchos peces pequeños se comen las minúsculas partículas de plástico, ya sea porque cuando se cubren de bacterias se puede parecer a comiza, o bien porque los peces no son muy selectivos con lo que se llevan a la boca.
¿Qué puedes hacer tú?
Son innumerables las medidas que se están tomando para reducir el uso desmedido del plástico. Por fortuna, la población está cada vez más concienciada con el medio ambiente y son muchas las acciones que puede llevar a cabo. Proponemos unas cuantas:
- Recicla: no uses plásticos desechables, clasifica la basura.
- Reutiliza: emplea bolsas de la compra reutilizables, haz compost.
- Reduce: elige botellas de vidrio (puede ser eternamente 100% reciclado.)
- Rechaza: bebe agua del grifo y no de botella.
- Repara: los objetos rotos merecen una segunda vida.
- Rediseña: utiliza productos con ingredientes naturales.
Proyecto LIMBO
Se debe tener en cuenta que la gran mancha de basura no desaparecerá de la mañana a la noche, pero también hay que subrayar que se están poniendo en marcha iniciativas para recoger las basuras en el mar. Una de ellas es el proyecto LIMBO, desarrollado por el centro tecnológico AZTI, que ha estudiado no solo los aspectos ambientales, sino también aspectos técnicos y económicos de la recogida de basuras.
- Aspectos ambientales: caracterización y cuantificación de las basuras flotantes y análisis del ciclo de vida de diferentes opciones de gestión.
- Aspectos técnicos: se estudió el tipo de buque y adaptación necesaria, el consumo energético del buque seleccionado, el diseño de los útiles de recogida, las herramientas de vigilancia y teledetección de basuras flotantes utilizadas hasta la fecha, además de los patrones de corrientes superficiales y posibles puntos de convergencia para ver si la reconversión podría ser factible.
- Aspectos económicos: se analizó el coste económico de la recogida, el coste social del cambio y la rentabilidad económica de la diversificación de la actividad.
El proyecto ha demostrado que técnicamente es viable y que la actividad podría ser compatible con la pesca, de manera que los buques de bajura artesanales podrían dedicarse a la recogida de basura en época de actividad económica reducida.
Una sopa de plástico global y en aumento
- No es un fenómeno novedoso, de hecho se detectó por primera vez en la década de 1950 y desde entonces ha aumentado de forma significativa a causa de nuestra desmedida dependencia del plástico. Se estima que la enorme mancha de basura consta de un 80% de plástico, pesa más de 3,5 millones de toneladas y se extiende por 3,43 millones de km2. Su tamaño es tal que limpiarla simplemente no es ya una opción viable.
- Esta gran mancha no es la única que existe. La Expedición Malaspina, liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha demostrado que existen cinco grandes acumulaciones de residuos plásticos en el océano abierto, que coinciden con los cinco grandes giros de circulación de agua superficial oceánica. Además de la acumulación de basura plástica del Pacífico Norte, hay fenómenos similares en el centro del Atlántico Norte, el Pacífico Sur, el Atlántico Sur y el océano Índico.
- La Unión Europea también tiene su gran vertedero marino: el Parque de Basura del Atlántico. La Directiva Marco 2008/56/CE sobre la Estrategia Marina Europea tiene por objeto alcanzar el buen estado medioambiental de todas las aguas marinas antes de que finalice el año 2020, y uno de los criterios utilizados para detectar este buen estado son precisamente las basuras. Pese a la regulación y el aumento de control con directivas como esta, los residuos siguen llegando al mar. De hecho, se calcula que entre 400 y 4.000 kg de basura por kilómetro lineal llegan a parar a las costas europeas cada año.