Las poblaciones de peces cruciales para la alimentación y el empleo han caído un 50% en las últimas cuatro décadas. Es uno de los principales datos destacados en un informe reciente que repasa el estado de las especies marinas y sus ecosistemas y, además, ofrece posibles soluciones. Este artículo señala que las pesquerías clave disminuyen y qué podemos hacer para ayudar a las especies marinas.
Las pesquerías clave disminuyen
El 95% de los stocks pesqueros del Mediterráneo están sobreexplotadosEl informe «Living Blue Planet» (Viviendo en el planeta azul), publicado en fechas recientes por la organización conservacionista internacional WWF, asegura que la población de algunas pesquerías clave ha caído a la mitad en los últimos 40 años y que, en algunos casos, puede ser «dramático». Es la situación de la Scrombidae, la familia de caballas, atunes y bonitos, que ha disminuido el 74% entre 1970 y 2010; si bien el descenso más rápido se produjo entre 1976 y 1990, en la actualidad no hay signo alguno de recuperación.
La sobrepesca se identifica como la principal amenaza en la gran mayoría de los casos, aunque también se apuntan como peligros importantes el cambio climático, la degradación del hábitat y la contaminación.
La disminución en las poblaciones de peces es similar al de otras especies marinas. Como los ecosistemas marinos están estrechamente interconectados, estos descensos pueden alterar su equilibrio. Los responsables del informe seleccionan tres grupos de especies como indicadores del nivel actual de presión:
- Pepinos de mar: son uno de los pocos grupos de especies de invertebrados controlados en cierto detalle. Esenciales para regular la calidad del agua o como alimento para especies comerciales como los crustáceos, su población ha descendido en todo el mundo. Asimismo, son muy apreciados como alimento de lujo en algunos lugares, sobre todo en Asia. La sobrepesca ha llevado a su casi desaparición en zonas como las islas Galápagos o el Mar Rojo.
- Tiburones y rayas: alrededor de una de cada cuatro especies está en peligro de extinción, debido a la sobrepesca, una cifra que podría ser tres o cuatro veces mayor, porque la mayoría de capturas no está regulada. La pérdida de estos depredadores casi siempre se traduce en una mayor degradación de los ecosistemas marinos, subrayan en el informe.
- Tortugas marinas: varias especies se encuentran en peligro de extinción o crítico debido a la sobrepesca o la contaminación.
La investigación también muestra que los arrecifes de coral y las praderas submarinas podrían perderse en todo el mundo para 2050. Con más del 25% de todas las especies marinas que viven en estos arrecifes y unos 850 millones de personas que se benefician directamente de sus servicios, su pérdida sería «catastrófica», asegura el informe.
Giuseppe Di Carlo, director del Programa Marino Mediterráneo de WWF, destaca la mala situación de este mar, donde se capturan cada año alrededor de un millón y medio de toneladas de peces, el 95% de los stocks están sobreexplotados, el 89% agotados y la mayoría de las especies de tiburones casi extintas.
El estudio analiza en concreto 5.829 poblaciones de 1.234 especies de mamíferos marinos, aves, reptiles y peces entre 1970 y 2012. Se basa en el Índice Planeta Vivo, mantenido y analizado por la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL).
Qué podemos hacer para ayudar a las especies marinas
La recuperación y protección de los mares, sus especies y sus hábitats es posible, si consumidores, instituciones y empresas asumen las siguientes medidas:
Producir y consumir de forma sostenible: los productos con el certificado del Consejo de Administración Marina (MSC) o del Consejo de Administración de la Acuicultura (ASC) se gestionan para garantizar la continuidad de las pesquerías. Los ciudadanos pueden elegir este tipo de productos y evitar en lo posible el desperdicio de alimentos.
Crear más áreas marinas protegidas: el espacio total del océano bajo alguna forma de protección es solo del 3,4%. Además de contribuir a mejorar el estado de las especies y sus ecosistemas, la creación de dichas áreas ayudaría a la economía mundial. Un estudio reciente de WWF reveló que cada euro invertido en implantarlas podría producir el triple de beneficios a través del empleo, la protección de la costa o la pesca. Además, el aumento de la protección de los hábitats críticos podría generar beneficios netos de entre 437.000 millones y 821.000 millones de euros entre 2015 y 2050.
Incluir el capital natural marino en la contabilidad de los países: los gobiernos deben considerar los bienes naturales en cada decisión que afecte al medio marino.
Fomentar más investigaciones: solo una pequeña fracción de las especies marinas conocidas han sido evaluadas y en muchos casos no hay datos suficientes. Por ello, resultan imprescindibles más estudios para determinar los niveles de amenaza.
Incluir la recuperación de los océanos en las agendas políticas: los líderes mundiales deben asegurarse de que la recuperación del océano está contemplada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, aprobados formalmente este pasado fin de semana, así como en la lucha contra el cambio climático, la sobrepesca o la contaminación.
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