Bolígrafos que se pueden usar muchas veces o hechos de materiales que permiten reciclarlos o incluso compostarlos, lápices que se convierten en plantas, mochilas hechas con plástico de botellas recicladas, pinturas con materiales naturales… Ya no hay excusa para no utilizar un material escolar ecológico que cada vez ofrece más variedad y originalidad. En cualquier caso, la mejor manera de que el material escolar sea sostenible, y de paso ahorrar dinero, es que padres e hijos asuman la regla de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar. Este artículo da, en orden alfabético, ideas originales y ecológicas de material escolar.
Bolígrafos recargables, reciclados, reciclables y biodegradables
Los bolígrafos son uno de los materiales escolares más comunes y, por tanto, uno de los elementos que más habría que cuidar para ser sostenibles. Para empezar, hay que huir de los bolis de usar y tirar y apostar por los de tipo recargable, elaborados con buenos materiales para que duren. Se pueden personalizar o decorar para que el estudiante los cuide y conserve mejor.
El material escolar reutilizable evita las consecuencias negativas del usar y tirarEl tipo de materia prima es también un elemento que no se debe pasar por alto. En vez de los bolígrafos con PVC lo idóneo es utilizar los elaborados con PET o PP reciclado, papel kraft libre de cloro, cartón reciclado o incluso papel de algas.
La empresa Pilot tiene su línea «Begreens», con bolígrafos recargables y de materiales reciclables y reciclados. La compañía italiana «Mater-bi» ha creado un material de dicho nombre a partir del almidón de maíz con diversas aplicaciones en alimentación, agricultura o materiales de consumo, como bolsas o bolígrafos. Su principal ventaja es que es biodegradable, es decir, tarda poco tiempo en descomponerse en la naturaleza y se puede reciclar y hasta compostar.
Botellas y envases libres de BPA
Los estudiantes pueden llevar el agua, el zumo o la comida en botellas y envases reutilizables que evitan las consecuencias negativas de usar y tirar. En el mercado se pueden encontrar botellas, cantimploras o envases de materiales reutilizables diversos, como el aluminio, el acero o el plástico policarbonato sin bisfenol A (BPA), un compuesto al que se atribuyen diversos efectos negativos en la salud.
Lápices que se convierten en plantas
Los lápices de la firma danesa Sprout World tienen una doble vida, ya que, cuando se acaban, pueden plantarse y convertirse en hierbas, vegetales o flores. Hay 12 variedades, como la albahaca, el eneldo, el cilantro, el tomate o el girasol. Cada uno de estos lapiceros lleva en el extremo opuesto a la punta una cápsula de celulosa con semillas que se disuelve cuando entra en contacto con la tierra y el agua. El lápiz se planta con el extremo hacia abajo y entre una y tres semanas después brotan las semillas.
La idea surgió de tres estudiantes norteamericanos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Boston (EE.UU.). La lanzaron en 2012 gracias a un sistema de financiación colectiva o crowdfunding. Entre sus principales objetivos se encontraba mostrar de forma sencilla en qué consiste la sostenibilidad, ya que, en vez de tirar el lápiz a la basura, se le puede dar una nueva vida.
Mochilas a partir de botellas recicladas
Las mochilas son el elemento indispensable de todo estudiante para transportar sus libros y el resto de materiales escolares. Algunas marcas, como Ecoalf o Dakine, venden mochilas hechas con material reciclado a partir de botellas de plástico. Hay que recordar que el uso excesivo del plástico está produciendo diversos problemas ambientales a nivel mundial, en particular en los mares y océanos, donde se acumula en algunas zonas.
Otros fabricantes con interés en la sostenibilidad de sus productos fabrican mochilas con materiales como algodón orgánico, corcho o sin sustancias tóxicas.
Papel y lápices con el sello FSC
Los productos con el sello de la organización internacional sin ánimo de lucro Forest Stewardship Council (Consejo de Administración Forestal) (FSC) han sido elaborados con una madera o derivados forestales obtenidos con criterios ambientales y sociales exigentes y económicamente viables. Creado en 1993, su objetivo es hacer frente al creciente problema de la tala y el contrabando ilegal de madera. Cada vez más empresas elaboran y comercializan todo tipo de productos con el certificado FSC, incluido material escolar como papel, cuadernos, cartulinas, lápices, etc.
Pinturas y acuarelas con materiales naturales
Algunas marcas venden material escolar «verde» y, en concreto, diversos materiales para pintar y dibujar: NawaRo propone acuarelas, pintura de dedos, ceras o lápices, fabricados con materiales naturales; Okonorm ofrece una gran variedad, como unos rotuladores «mágicos» ecológicos que sirven para pintar sobre papel, cartón, madera, cambian de color o se pueden usar de tinta invisible; Dinamo tiene acuarelas, témperas o ceras con materiales naturales, etc.