Los juegos para gatos son más importantes de lo que pudiera parecer. Estos trucos ayudarán a jugar con el felino esta Navidad, a mantener activa su mente y reducir los problemas de conducta, muchas veces motivados por el simple aburrimiento.
¡A la caza! Para un gato doméstico, la hora del juego es lo más parecido a la caza. Convertirse en un buen cazador implica ser rápido, inteligente y no tener miedo del entorno. Ratones de juguete y pelotas servirán para fomentar este hábito cazador. Para ello, conviene despejar una zona de la habitación a fin de que el felino pueda correr a sus anchas y realizar ejercicio.
¡A por el bichito volador! ¿El gato es un cazador de suelo o prefiere perseguir juguetes aéreos? Los felinos que son cazadores aéreos disfrutan sobremanera con sencillos muñecos colgados de cuerdas o gomas y palos, que simulan ser una caña de pescar. Si además el muñeco dispone de plumas, el éxito estará casi asegurado.
Yo soy un ratón, ¡cógeme! Si el gato es un cazador de suelo, el reto será pensar como un ratón u otra posible presa. Así, se puede imaginar qué sonidos realiza en la naturaleza y reproducirlos con simples golpeteos de dedos o rascados. Una presa no esperaría en mitad del salón, sino que elegiría esconderse debajo de una silla o tras la puerta de alguna habitación.
¡Déjame ganar! Como en el resto de los juegos con felinos, es importante recordar lo siguiente: hay que dejar que el minino atrape con regularidad el muñeco. Esto hará el juego más estimulante para él y reforzará su autoestima. También hay que permitirle tomarse su tiempo para idear la estrategia de caza. Y, ¡a jugar!
¿Repetimos? La mayoría de los gatos no salen de paseo, como sí hacen los perros. Por eso es tan importante reservar tiempo de juego con ellos e introducirlo en la rutina diaria. Los expertos recomiendan jugar al menos 30 minutos al día con ellos. Las sesiones de juego se pueden dividir a lo largo de la jornada.
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