Divorciadas, separadas, solteras o viudas. La gran mayoría de las familias monoparentales (82,7%) están encabezadas por mujeres y casi la mitad (45%) está en riesgo de pobreza o exclusión, según el estudio “Más solas que nunca” de Save the Children. ¿Reciben ayudas? Pues no tienen prestaciones específicas y, aunque se pueden acoger a las mismas que recibe el resto de familias y madres, estos hogares se sienten en una situación de desigualdad respecto a otros tipos, por lo que, como se explica en las siguientes líneas, consideran necesario crear una ley que las ampare y que regule esta realidad.
¿Qué familias son monoparentales o monomarentales?
Una familia monomarental o monoparental es, como define la Federación de Asociaciones de Madres Solteras (FAMS), la familia constituida por una madre o padre y al menos un menor, en donde la responsabilidad recae únicamente sobre esa persona adulta. El número de estos hogares monoparentales es de 1,7 millones del total de 18,2 millones de familias que hay en España, según el INE. Si la comparación se estableciera con los hogares en donde hay menores a cargo -y no con el total de hogares españoles-, las familias monoparentales representan el 30%, un porcentaje considerable, como señalan desde la FAMS.
Grandes dificultades y ayudas escasas
Estas familias presentan una problemática específica, como explica María Antonia Carbonero Gamundí, profesora de Sociología de la Universidad de Baleares. Tienen, en general, más dificultad para conseguir un empleo (en especial las mujeres con un nivel bajo de formación o con complicaciones para compatibilizar el trabajo con la crianza y educación de sus hijos); mayor índice de pobreza -derivado de los problemas para encontrar empleo o su discontinuidad en el mercado laboral-; obstáculos para el acceso a la vivienda; aprietos económicos relacionados muchas veces con el impago de las pensiones…
¿Cuentan con ayudas para mantenerse y superar estas dificultades? No tienen prestaciones especiales, sino que pueden percibir las mismas ayudas que cualquier otra familia. Además, la mayoría de subvenciones se conceden por renta, sin tener en cuenta problemáticas específicas, y con independencia de que haya uno o dos adultos en el hogar.
Así, las familias monoparentales pueden solicitar, como el resto, ayudas a la Seguridad Social: prestación por nacimiento, por hijo a cargo, por hijos con discapacidad, subsidio de maternidad, prestación por riesgo durante el embarazo, por muerte y supervivencia y bonificación de las cuotas para contratar a un cuidador. Además, si la madre trabaja, puede pedir a la empresa la reducción de jornada por lactancia, la reducción por cuidado de menores, por hijo enfermo grave y una excedencia por cuidado de hijo o de familiares.
También hay prestaciones del Servicio Público de Empleo y deducciones que se solicitan a Hacienda (para madres trabajadoras por hijos menores de tres años, deducciones por las circunstancias familiares, deducciones autonómicas y acceso al Fondo de Garantía del Pago de Alimentos). A todas ellas hay que sumar distintas ayudas de las respectivas comunidades autónomas y ayuntamientos.
El apoyo de las asociaciones, fundamental
Las entidades que más ayuda prestan a estas familias son las asociaciones. Como indica Carolina de Dobrzynski desde Madres Solteras por Elección, las asociaciones organizan actividades de ocio y de formación, así como diferentes talleres tanto para los niños como para sus madres.
También propician encuentros con profesionales que asesoran a las adultas solas a cargo de una familia sobre cómo llevar adelante la crianza de los hijos. Y, además, cuentan con acuerdos con empresas colaboradoras que realizan descuentos a socias.
¿Qué piden las familias monoparentales?
Las familias monomarentales o monoparentales reclaman más ayudas, más visibilidad y una legislación específica. El pasado 6 de noviembre, la Federación de Asociaciones de Madres Solteras celebró las jornadas «Por una ley de familias monoparentales», entre cuyas reivindicaciones destacó la búsqueda del reconocimiento, por parte de los organismos públicos estatales, como el que tienen las familias numerosas.
Como señalan desde esta federación, está comprobado que la carga de un adulto solo en un hogar es similar a la de dos adultos con familia numerosa y, por ello, es precisa una ley que abarque y cubra los servicios primarios, permisos, prestaciones monetarias directas (independientes del salario y del número de descendientes), exenciones de tasas y recibos, ayudas para el acceso a la vivienda, etc.
Las familias con un solo progenitor al cargo del hogar defienden también, como expresa Carolina de Dobrzynski, «que se aplique la igualdad de condiciones con las otras familias en decisiones tales como el cambio de jornada». Y, por supuesto, que se tenga en cuenta su condición para la obtención de puntos en guarderías y colegios públicos o concertados, como ya sucede con las familias numerosas.
