En un mercado tan opaco como el de la energía, no falta la picaresca, tanto la ejercida por las propias empresas del sector, como por los ciudadanos más avispados. Pero ¿tan bien lo hacen que no es posible detectar sus engaños? Pese a que la mayoría de los estafadores se aprovechan de las personas mayores, en realidad cualquiera podría caer en sus timos. Y es que la pasividad que presentan los consumidores ante este mercado no ayuda en absoluto. Dada esta situación, a continuación se desgranan los tres principales fraudes en torno a las tarifas de la luz y del gas, para que no le pillen por sorpresa al usuario.
Engaños en las revisiones del gas
Uno de los timos más recurrentes dentro del mercado gasístico es el relativo a las revisiones de la instalación. Pese a que estas inspecciones son obligatorias cada cinco años, hay muchos que ven en el desconocimiento de esta información la vía perfecta para sonsacar dinero fácil a sus víctimas. ¿Cómo? El supuesto inspector se hace con un mono de trabajo y una identificación falsa y va de vivienda en vivienda comunicando que es el momento de hacer la revisión del gas. Una vez dentro, pueden cobrar desde la «visita», hasta un supuesto cambio de materiales «defectuosos» o, en el peor de los casos, aprovechar para llevarse objetos de valor.
¿Cómo detectar el fraude?
- La compañía debería haber informado de la visita de un inspector con al menos cinco días de antelación. Si no lo hizo, no se le debe dejar pasar sin contactar con la empresa.
- Pedir al técnico que se identifique: ¿es creíble su tarjeta o se ve mal? Un truco que se utiliza bastante es pedir el DNI para contrastar datos. En el caso de los estafadores, es el momento clave para deshacerse de ellos.
- Si todo está en regla, hay un último detalle que no hay que perder de vista. Esta revisión no se debe abonar nunca al operario que la realiza, ya que la compañía lo añadirá en la factura. Por lo tanto, si se da el caso, es importante contactar con la empresa.
Pero ¡ojo! Existen tarifas de gas que incluyen una revisión anual de la instalación. En este caso funcionan igual y deberán respetar los puntos anteriores.
El falso comercial
Si hay un perfil que lleva tiempo en el punto de mira es el comercial que acude de puerta en puerta para ofrecer una rebaja en la tarifa. El principal problema es que no es comercial de la compañía, sino de una tercera empresa. Por lo tanto, no tiene facultad para mejorar la tarifa, ni mucho menos para acceder a los datos personales.
¿En qué tima? De primeras, no explica que ofrece una rebaja en la tarifa u otra más barata, pero se le debe mostrar una factura para comprobar qué se está pagando. Una vez tiene el documento, el falso comercial recoge los datos personales y puede variar a una tarifa de luz más cara, cambiar de compañía e, incluso, pasar al cliente del mercado regulado al mercado libre. Y todo con una simple factura.
¿Cómo detectar el fraude?
- El comportamiento de estos comerciales es tan absurdo que cae por su propio peso. En primer lugar, ¿existe alguna empresa que mande a sus comerciales de puerta en puerta para ofrecer un producto con el que pierde dinero?
- Es más, si viene de parte de la compañía del usuario para presentarle una mejora, ¿por qué pide que se le muestre una factura? ¿No debería venir ya con la oferta de la compañía? Nunca se debe ceder a esto, ya que se le daría acceso a los datos personales y de suministro.
- Si la persona resulta muy convincente, antes de dar la factura, hay que llamar a la compañía y contrastar datos.
Estafas de las propias compañías
Hasta ahora se han visto dos tipos de estafas: las que realizan personas independientes y las que llevan a cabo empresas más estructuradas. Pero ¿y las propias compañías? ¿Se libran de esta lista de malas prácticas? Como cabe esperar, no.
El principal problema en el caso de las eléctricas es que se aprovechan de que los consumidores tienen un desconocimiento enorme sobre el mercado y, peor aún, sobre lo que tienen contratado. Así, son muchos los comerciales que llaman a casa proponiendo dar el salto a tarifas, supuestamente, más económicas o con descuentos sin explicar la letra pequeña: permanencia, servicios obligatorios y aclaración real del descuento sobre el precio.
¿Cómo detectar el fraude?
En este caso es más complicado, dado que es la propia empresa la que ofrece sus servicios, pero siempre se pueden hacer un par de comprobaciones para ver que en realidad intentan mejorar la situación de su cliente.
- Pedir que envíen la oferta por escrito con todas las condiciones: coste del kWh, de la potencia, servicios incluidos, permanencia… Una vez que se tenga, es posible contrastar costes con cualquier factura y ver si existe ese ahorro.
- Recurrir a un comparador de tarifas de luz y gas y comparar con otras tarifas para ver si es la que más permite ahorrar a lo largo del año.