Los clientes de las cooperativas que comercializan electricidad 100% renovable no podrían acogerse al nuevo bono social eléctrico, el sistema que intenta luchar contra la pobreza energética en España, según la norma que lo regula. Este artículo señala por qué no es posible un bono social con energía renovable, cómo sería más justo este sistema y las claves para combatir la pobreza energética.
Bono social eléctrico con energía renovable, ¿es posible?
El Consejo de Ministros aprobaba el pasado 23 de diciembre el Real Decreto Ley (RDL) para desarrollar el nuevo bono social eléctrico con un plazo de tres meses. Con este sistema se intentaría hacer frente a la pobreza energética, un problema que causa diversos impactos para la salud, el medio ambiente y la economía y que afecta a cada vez más personas en España, como dejaba de manifiesto un estudio de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA).
El bono social eléctrico solo contempla ayudas al recibo de la luz, cuando al menos debería ampliarse al gasTodo parece indicar que se utilizará el criterio de renta de las familias para conceder el bono social, que aplicará un descuento del 25% en el recibo de la luz. Pero no de cualquier factura. Las cooperativas que comercializan electricidad 100% renovable se quedan fuera según la normativa. «Tendría que ser una comercializadora de referencia, es decir, las grandes compañías eléctricas. Nosotros no podemos porque hay unos condicionantes que no cumplimos», explica Alfonso García, presidente de Unccuer, la Unión de Cooperativas de Consumidores y Usuarios de Energías Renovables.
Jorge Morales, experto en el sistema eléctrico español y que junto a otras organizaciones sociales y la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético trabaja para proponer un modelo de bono social más equitativo, explica que «se podría argumentar que estas cooperativas se podrían dar de alta como comercializadoras de referencia sin ser de las grandes; para ello hay que tener un mínimo de 30.000 clientes. Eso es verdad, pero conlleva unas obligaciones que en la práctica no podrían asumir».
Cómo sería un bono social eléctrico más justo
El nuevo bono social eléctrico es consecuencia de la sentencia del Tribunal Supremo que invalidó el sistema anterior, el cual obligaba a las comercializadoras eléctricas a hacerse cargo de su financiación. Morales considera que si de nuevo se apuesta por este sistema, pasará lo mismo. Además, recuerda que «en los últimos años, cada vez que se ha impuesto una obligación a las eléctricas, lo repercuten en el consumidor final». Para lograr un bono social más justo, este experto propone varias claves:
- Modelo de financiación mixto. «Lo lógico sería que lo financiaran los Presupuestos Generales del Estado, porque es una ayuda social de libro, pero como nos dirán que hoy en día por la coyuntura económica no es posible -algo discutible-, hay que buscar otra manera», comenta Morales. Lo apropiado sería hacer una mezcla entre el volumen de energía que cada comercializadora factura y el número de clientes en una proporción 70-30%.
- Que no sea solo electricidad. El actual bono social solo contempla ayudas al recibo de la luz, cuando al menos debería ampliarse al gas, ya que la mayor parte de las familias con problemas para mantener una temperatura adecuada no tienen calefacción eléctrica.
- Que se aplique de diferentes maneras según los grados de vulnerabilidad de la familia. Aplicar solo un descuento como ahora pone en peligro a los más vulnerables, para los que con las subidas de la luz cada vez les cuesta más pagar. Por ello deberían tenerse en cuenta diferentes niveles de ingresos. Por ejemplo, a una familia con unos ingresos mínimos de 8.000 euros/año se le bonificaría íntegramente, si consumen hasta 2.000 kw al año y 3 kw de potencia contratada, y si consume más, se aplicaría un precio especial. Y entre 8.000 y 20.000 euros anuales, habría un descuento en forma de euros fijo.
En definitiva, como sostiene el presidente de Unccuer, «el suministro de energía es un servicio de interés general, no un lujo, y por tanto debería estar garantizado para todos».
Claves para combatir la pobreza energética
La pobreza energética afecta a quienes necesitan más de un 10% de sus ingresos para cubrir las necesidades de energía en sus hogares. Los datos confirman las previsiones de algunos de los principales expertos en pobreza energética, como Sergio Tirado o la británica Brenda Boardman, autora del concepto. Ambos alertan de que si no se toman medidas, crecerá todavía más en los próximos años. Para combatirla se deberían asumir varias medidas esenciales:
- Impulsar una política estratégica a nivel estatal, coordinada con las comunidades autónomas, que apueste por la eficiencia y la rehabilitación energética de las viviendas.
- Tenerla en cuenta al revisar las tarifas eléctricas, ya que, al subirlas, la pobreza energética aumenta.
- Realizar campañas informativas y de sensibilización para hacer visible el problema y sus soluciones.
- Promover estudios para determinar su extensión y sus consecuencias.
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