Las alcachofas tienen fama de ser eficaces para adelgazar. Se dice de ellas que son ligeras, «depurativas» y diuréticas y que contienen infinidad de nutrientes beneficiosos para la salud. Su reputación es tan buena que hasta se venden como suplementos, en infusiones y cápsulas. Incluso tienen una dieta propia: la llamada «dieta de la alcachofa». Más allá de las propiedades que se les atribuyen y de esa propuesta tan poco recomendable de basar la dieta en un solo alimento, las alcachofas son un tipo de hortaliza muy saludable con la que poder preparar recetas exquisitas. A continuación se explica por qué las alcachofas son aconsejadas en las dietas para perder peso y se dan trucos e ideas para cocinarlas.
Por qué se recomiendan las alcachofas para adelgazar
Las alcachofas son típicas de la cuenca mediterránea y, como todos los vegetales, su principal componente es el agua. También son muy ricas en fibra dietética. Esta característica, además de ser beneficiosa para la salud o de ayudar a regular el tránsito intestinal, tiene un efecto saciante que contribuye a controlar el apetito. De ahí que este alimento esté presente en muchas pautas de alimentación para controlar el peso o adelgazar. Además, las alcachofas contienen cinarina, uno de los compuestos aromáticos que les da su característico sabor amargo y que tiene efecto diurético.
Consejos para cocinar alcachofas
Las alcachofas frescas son un manjar, aunque hay que trabajar un poco para poder disfrutarlas. Y es que una de las cosas que suceden cuando se empieza a limpiarlas es que se oxidan al entrar en contacto con el aire y, en consecuencia, se ennegrecen con rapidez. Es lo mismo que les pasa a las manzanas, con la diferencia de que las alcachofas ya oscurecidas tiñen la piel de quien las manipula.
Para evitar que ocurra esto, se puede utilizar limón o vinagre. El ácido de los cítricos y el del vinagre impiden la oxidación de los alimentos. Así, si se frotan las alcachofas con limón o se rocían con zumo de limón o con vinagre, mantendrán su color original. Eso sí, muy importante: al cocinarlas nunca se deben poner en recipientes de aluminio, ya que este material también las ennegrece. Y, en cuanto a las manos, lo conveniente es emplear guantes mientras se limpian las alcachofas, para así evitar que las tiñan de un color negruzco.
Idea 1: alcachofas en vinagreta
Para preparar este aperitivo frío se necesitan los siguientes ingredientes: 16 alcachofas, un tomate maduro, 30 g de paleta ibérica, un diente de ajo, 15 g de mayonesa, 30 ml de aceite de oliva virgen, 10 ml de vinagre de Jerez, una pizca de sal y unas hojas de perejil.
En primer lugar, hay que limpiar las alcachofas y quitar las hojas verdes de alrededor, hasta que aparezcan las más blanquitas. Después, se les corta la parte superior y se ponen en un cuenco, rociándolas con limón para que no se ennegrezcan. A continuación, se vierten cuatro litros de agua en una cazuela, con sal y zumo de limón. Cuando hierva el agua, hay que empezar a introducir las alcachofas de una en una, para que no se corte el hervor. Una vez que estén tiernas, se escurren, se dejan templar en un recipiente y, al final, se guardan tapadas en el frigorífico.
Mientras se enfrían en la nevera, se prepara la vinagreta. Para ello, primero se trocean el tomate, la paleta ibérica, unas hojas de perejil y el diente de ajo. Y todo ello se mezcla con una cucharada de mayonesa y con el aceite de oliva, el vinagre y la sal y se remueve hasta conseguir emulsionar la vinagreta.
Las alcachofas se presentan frías, en trozos y aliñadas con la vinagreta cremosa de tomate y paleta ibérica.
Idea 2: crema calentita de alcachofas
Ingredientes: 400 g de alcachofas ya limpias (es decir, solo la parte blanca y tierna), 50 g de cebolleta fresca, 100 g de patata, 100 g de puerro, dos dientes de ajo, 30 ml de aceite de oliva y 2 g de sal.
Este plato sano e idóneo para los días fríos resulta, además, muy fácil de hacer. Lo primero, como siempre, es limpiar y preparar las alcachofas con el zumo de limón. Una vez listas, hay que cortar la cebolleta en trocitos muy pequeños; también se pica el puerro y se pelan y cortan las patatas en trozos regulares.
Se calienta una cazuela con un poco de aceite a fuego medio y se echa allí la cebolleta. Cuando esté blanda, se añaden las alcachofas tiernas y troceadas. Se rehogan bien durante un minuto, más o menos, para que se cocine la superficie. Después, se agregan las patatas y se cocinan durante unos segundos con el sofrito de cebolleta y alcachofa. A continuación, se vierte agua (justo hasta cubrir las patatas) y, una vez que el conjunto comience a hervir, se añaden los puerros troceados y una pizca de sal. Se tapa la cazuela y se deja hervir a fuego suave durante 40 minutos.
Mientras se cuece todo, se prepara un refrito sencillo para agregar al final de la cocción. Para ello tan solo hace falta cortar en láminas unos dientes de ajo y dorarlos en una sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva. Hay que reservarlos e incorporarlos a la cazuela cuando esté listas las alcachofas. Luego hay que poner a punto de sal, tapar la cazuela y dejar que el conjunto repose durante unos minutos fuera del fuego. Por último, se tritura todo con una batidora de mano hasta conseguir una crema suave y uniforme. En caso de que quede en exceso espesa, se agregará un poco de agua caliente y una cucharadita de aceite de oliva y se rectificará posteriormente con sal.
Idea 3: alcachofas con marisco para hacer al microondas
Esta es una receta sana y rápida de hacer, ya que se emplean corazones de alcachofas en conserva y se prepara todo en el microondas. Se necesitan estos ingredientes: 250 g de corazones de alcachofas en conserva, 250 g de gambas peladas, dos dientes de ajo, 10 ml de vino blanco, 20 ml de aceite de oliva, 5 g de maicena, unas hojas de perejil y una pizca de sal.
Se pica el ajo en trocitos muy pequeñitos y se coloca en un recipiente apto para microondas con un poco de aceite de oliva. Se tapa el recipiente con un plástico film (con agujeritos, para que salga el vapor de la cocción) y se cocina a potencia máxima 30 segundos. Se incorporan las alcachofas al recipiente y se vierte el vino. De nuevo se tapa con el film y se cocinan durante dos minutos a máxima potencia.
Se saca el recipiente del microondas y se remueven las alcachofas. Se agregan las gambas y la maicena diluida con unas cucharadas de agua y otra vez se introduce el recipiente tapado en el microondas, que se deberá calentar a potencia máxima durante un minuto. Por último, se retira del microondas, se añade el perejil muy troceado y se deja que repose el conjunto tapado durante dos minutos. Se remueve para que ligue la salsa y se sirve al instante.