Según estudios recientes sobre los hábitos de alimentación en España realizados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), nuestra dieta contiene excesiva cantidad de grasas perjudiciales para el corazón.
Para poder reducir las grasas saturadas de la dieta se recomienda:
- Eliminar la grasa visible de carnes y aves antes de cocinar.
- Escoger preferiblemente carnes magras con mayor frecuencia que las semigrasas y extragrasas: pollo y pavo sin piel, conejo sin grasa visible, filete de ternera, solomillo de ternera y cerdo, cinta de lomo, magro de cerdo, caballo, potro…
- Desgrasar los caldos de ave, carne y huesos en frío.
- Limitar el consumo de fiambres y embutidos grasos, foie gras y patés.
- No abusar de la nata, mantequilla, tocino, sebos, etc.
- Si se toman más de 2 vasos de leche entera al día, se recomienda que la cantidad «extra» sea en forma de lácteos bajos en grasa (semidesnatados o desnatados).
- Comer al menos cuatro veces por semana pescado (blanco y azul) y huevos, no más de tres veces por semana.
- Consumir con moderación aquellos alimentos que se elaboran con aceite de coco y de palma (cierta repostería industrial envasada, snacks fritos, etc.)