La imparable evolución de las nuevas tecnologías se ve reflejada en la transformación que está experimentando la sociedad. En pocos años ha cambiado la forma de comunicarse, de aprender, de consumir y de vivir en general. El crecimiento exponencial en el uso y desarrollo de la tecnología hace estar expectantes ante las consecuencias sociológicas y de revolución de los hábitos de consumo que ya se están produciendo y que pueden llegar a sorprendernos aún más en un futuro cercano. ¿Cómo transforma la tecnología el consumo de alimentos? En este artículo se repasa de qué manera afecta y afectará este desarollo a la industria alimentaria, las tiendas y los dispositivos para una nutrición personalizada.
En un ejercicio de prospectiva, la consultoría Euromonitor muestra cómo serán los hogares del 2030 a nivel mundial. Los describe como «unidades de consumo digitales», con un alto grado de conectividad y con acceso a todo tipo de dispositivos como smartphones, tabletas o televisores inteligentes que propiciarán que las viviendas sean refugios de confort para comprar, relacionarse, entretenerse, etc. Destacan dos tendencias ligadas a estos hogares: el cocooning y el sofá shopping. Incluso las personas mayores, receptivas a los desarrollos tecnológicos, demandarán asistencia virtual sanitaria directamente en casa.
Las personas estarán cada vez más conectadas con electrodomésticos y los gadgets se irán integrando en sus vidas. Los dispositivos que permiten monitorizar y gestionar la vida de los ciudadanos desde diversas perspectivas también permitirán la elección de productos, servicios y experiencias más personalizadas. No se debe olvidar, además, el auge de las tecnologías asociadas con la economía de la experiencia virtual, como son la realidad virtual y la realidad aumentada.
La industria alimentaria y las distribuidoras de alimentos no son ajenos a estos cambios y hacen frente al reto de adaptarse al nuevo contexto tecnológico y a las nuevas demandas del consumidor.
La industria alimentaria del futuro
¿Qué pasaría si nuestro dispositivo weareable detectase una carencia nutricional en el organismo y transmitiese esta información a un productor local para que elaborase un producto alimenticio -como una barrita de cereales o un yogur- que cubra estos requerimientos y nos lo enviase a casa la mañana siguiente? Suena a ciencia ficción, aunque podría llegar a materializarse en el futuro.
La industria 4.0 es un nuevo modelo de industria «más inteligente», flexible, conectado, social y automatizado. El concepto de flexibilización de procesos de fabricación es cada vez más importante, teniendo en cuenta la importancia que se le concede a la rapidez de respuesta y a la cada vez mayor personalización de productos y servicios. Las fábricas del futuro darán respuesta a estas demandas, transformándose en verdaderas fábricas de soluciones.
La distribución o el retail se encuentra en la era de la multicanalidad, la personalización y las compras más rápidas. El enfoque es «nuestra psiquis ha cambiado, todo debe ser inmediato».
Las marcas están respondiendo con una serie de modelos de negocio acelerados, desde entregas en una hora a ofertas y mensajes personalizados enviados a los teléfonos móviles de los consumidores en un rango cercano por medio de la tecnología beacon. La mayor participación digital de los consumidores está permitiendo a las marcas descubrir sus gustos y preferencias, pudiendo enfocar la comunicación individualmente y ofrecer productos adaptados a cada persona.
Los servicios de suscripción que entregan cestas personalizadas de productos directamente en los hogares de los consumidores están teniendo mucho éxito en Europa y Estados Unidos. Este servicio puede estar especializado en ciertos productos alimenticios, como snacks, u ofrecer recetas y todos los ingredientes frescos necesarios para confeccionar menús semanales sin complicaciones. El éxito de estas empresas se debe, en gran parte, a la «hiperpersonalización» del servicio, gracias a la interacción con los clientes para conocer sus gustos y el uso de algoritmos para analizar los pedidos, generando así perfiles de gusto individuales.
Tiendas con experiencias de compra
En tienda, la tecnología está lista para despegar, con entornos cada vez más digitalizados, con beacons, pantallas de vídeo y estanterías de precios electrónicos.
Las tiendas del futuro serán, en muchos casos, «más que tiendas», incrementando la colaboración entre distribuidores y empresas transversales para desarrollar un concepto de comercio construido en torno a la experiencia del cliente, más allá de la mera compra. Así, puede haber establecimientos donde, además de disponer de cafetería y mostrador de venta alimentos y bebidas, brindan a los consumidores un lugar especial para la relajación o para trabajar en grupo. Incluso se están empezando a ver restaurantes que se ofrecen como espacios de coworking en horario no laboral.
Dispositivos para una nutrición personalizada
La tecnología puede ser un aliado en materia de promoción de la salud. El sistema sanitario deberá adaptarse a una sociedad con personas más informadas y participativas en la gestión de su propia salud, que de manera creciente utilizan nuevas tecnologías. Hoy en día se está asistiendo al boom de los dispositivos e-health y la medicina personalizada es ya una realidad.
Un número pequeño pero creciente de consumidores está contratando servicios de nutrición personalizada, basados en un estudio genético que les permite conocer su estado de salud y el riesgo de padecer ciertas enfermedades. El fin último es recibir asesoramiento individual para mejorar la nutrición, llevar un estilo de vida saludable e incluso mejorar el rendimiento físico de deportistas. El potencial de esta tendencia se ve reflejado en la decisión que están tomando algunas multinacionales de alimentos de invertir en start-ups de nutrición personalizada.
El centro tecnológico AZTI ha hecho una apuesta estratégica para aplicar la lipidómica de membrana para el diseño personalizado de alimentos y una nutrición optimizada a cada persona. Se trata de un estudio de ácidos grasos de membrana mediante un análisis de sangre que ya se trató en este artículo de EROSKI CONSUMER.
La investigación en este campo está avanzando de tal forma que aparecen soluciones inimaginables hasta la fecha: desde un sensor que mide el nivel de carotenoides en la piel (determinando las necesidades dietéticas) hasta un analizador de voz que puede detectar trastornos de ansiedad y problemas cardiacos o el espejo Wize, desarrollado en el proyecto europeo SEMEOTICONS, capaz de leer el código facial, descubrir marcadores de riesgo cardio-metabólico y guiar hacia estilos de vida saludables.