Jabalí con salsa de chocolate

Troceamos la carne en cubos, como para cualquier estofado, y la disponemos en un recipiente, preferentemente en una cazuela de barro. Pelamos las manzanas, las troceamos y echamos en la cazuela junto con las zanahorias cortadas en rodajas y la cebolla, pelada y cortada en finas láminas. Añadimos las hierbas aromáticas y el vino, de forma que lo cubra todo. Tapamos la cazuela y dejamos marinar en el frigorífico durante dos días.

Transcurrido ese tiempo, colamos la marinada (recogiendo el vino, que se reserva aparte). Del resto de ingredientes que quedan en el colador, separamos por una parte la carne y por otra las zanahorias, las láminas de cebolla, la manzana y las hierbas aromáticas.

Ponemos al fuego una cazuela grande (donde luego nos pueda entrar toda la carne del guisado) con el aceite y vamos echando los trozos de carne de forma que se vayan rehogando. Cuando la carne esté dorada por fuera, añadimos los trozos de zanahoria, las tiras de cebolla, la manzana troceada y los pimientos choriceros rehidratados y escurridos. Mojamos con el caldo de carne y un vaso de vino tinto hasta cubrir el guiso. Cuando rompa a hervir, bajamos el fuego y dejamos a fuego lento y tapado, entre 50 minutos y 1 hora, más o menos, hasta que la carne esté semi tierna. Si durante este tiempo el caldo se reduce en exceso, se puede ir añadiendo agua caliente de poco en poco.

Una vez que la carne esté semi tierna, añadimos las galletas maría, el pan tostado y las onzas de chocolate y dejamos que se cocinen en la salsa del guiso a fuego muy suave durante 15 minutos. Sacamos con cuidado los trozos de carne del guiso y pasamos por el pasapurés la salsa gustosa y cremosa que nos habrá salido, volcamos de nuevo la salsa a la carne y dejamos que hierva durante 30 minutos más o hasta que la carne esté muy blanda, aunque sin llegar a romperse. Ponemos a punto de sal y un toque de pimienta. Acompañamos de unas setas salteadas, que terminaremos de cocinar en los últimos 30 minutos del guiso.