TDAH: síntomas, diagnóstico y tratamiento
Todos los niños son traviesos, desafiantes e impulsivos en algún momento. Pero cuando la tónica general son problemas de conducta desproporcionados, olvidos y pérdidas constantes, incapacidad para seguir cualquier regla, empezando por las de higiene cotidiana o las de seguridad vial, podemos estar ante un caso de trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad. El TDAH, según la Fundación Cantabria de Ayuda al Déficit de Atención (CADAH), afecta al 10 % de los niños, puede derivar en problemas de sociabilidad e incluso mermar su esperanza de vida.
➡️ Diagnóstico
El proceso diagnóstico exige tiempo. “Puede tardar unos 9 o 10 meses. Cuando la familia sospecha que su hijo puede tener un TDAH, recomendamos acudir a su pediatra de cabecera para que este derive, dependiendo de la comunidad autónoma, al servicio de salud mental infanto-juvenil o a Neurología. En estos servicios se realizará una evaluación exhaustiva para su detección. Con el diagnóstico, al paciente se le entrega un informe clínico en el que se establecen las pautas a seguir en función de sus síntomas”, apuntan desde CADAH.
Un conflicto importante para las familias emana de la percepción social —con abundante desinformación en Internet— de que el TDAH es un trastorno inventado, lo que hace que muchas familias retrasen o abandonen los tratamientos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó el 13 de julio como Día Internacional del TDAH para frenar este tipo de informaciones.
“Según los resultados del Proyecto PANDAH, una iniciativa del servicio de Psiquiatría y Psicología de la Clínica Universidad de Navarra, es un trastorno del neurodesarrollo muy frecuente y solamente un 3 % están diagnosticados”, comenta la neuropsicóloga Roser Colomé.
➡️ Tratamiento
“El tratamiento idóneo incluye la intervención conductual y cognitiva, reeducación escolar, adaptaciones metodológicas en el aula, apoyo familiar y tratamiento farmacológico. El abordaje, como en otras patologías, deberá ser personalizado”, explica Colomé.
“El tratamiento farmacológico debe pautarse en casos graves y, en los menos graves cuando previamente ya se han realizado las otras intervenciones y la evolución hace necesario el tratamiento. En España, menos del 1 % de menores con este trastorno está medicado”, aclara la neuropsicóloga, quien concluye: “El riesgo del tratamiento farmacológico es muy inferior al riesgo de no tratar al niño”.
La importancia de la consulta pediátrica
El personal docente es, junto con la familia, quien puede hacer una primera valoración sobre el nivel y el ritmo de aprendizaje del escolar, teniendo la referencia del grupo. Pero el pediatra tiene un papel fundamental. “Es el profesional que debe cuidar al menor de forma integral y, por lo tanto, debe preguntar por su desempeño académico y aconsejar u ofrecer recursos cuando sea conveniente”, advierte la neuropsicóloga Anna López.
Los trastornos de aprendizaje afectan al neurodesarrollo, por lo que una vez diagnosticado el niño o la niña, es el pediatra quien debe tomar la iniciativa, solicitar los informes de los profesionales a cargo de la reeducación y preguntar siempre sobre el ritmo académico. Los expertos recalcan, además, la importancia de que haya una coordinación entre el profesional a cargo de la reeducación del escolar, la escuela y los profesores.
Pautas generales para las familias
Ante un trastorno del aprendizaje en alguno de sus hijos, las familias deben tener en cuenta lo siguiente, según los especialistas:
- Tener un problema de aprendizaje no es ser un menor problemático.
- No pensar que la solución pasa únicamente por esforzarse más.
- No pensar que los problemas desaparecerán por sí solos, con un “ya madurará”.
- Buscar asesoramiento de expertos en aprendizaje.
- Evitar comentarios que puedan disminuir la autoestima del menor.
- Mientras el menor no sea autónomo, acompañarlo en el proceso de aprendizaje.
- Siempre es más efectivo premiar los logros que castigar los fallos.
- Valorar el esfuerzo de un niño con trastorno. Siempre es superior al de un menor que no tiene esa dificultad.