Con el paso del tiempo, mecanismos del hogar que venían funcionando perfectamente pueden comenzar a atorarse y a dar problemas. Esto sucede habitualmente en el caso de los pestillos de las puertas de interior y se debe, fundamentalmente, al uso de los mismos, lo que provoca su desgaste. Las causas que motivan este deterioro pueden ser bien diferentes y, por lo tanto, su arreglo conllevará distintas soluciones.
En las siguientes líneas se explican algunos de los problemas más comunes y las posibles soluciones a los mismos:
– Si el pestillo no cierra bien o se atasca, será necesario desmontar el mecanismo y observar si la suciedad se ha ido acumulando hasta el punto de atorar el pestillo. Habrá que comprobar si es necesario lubricar los diferentes herrajes para que éstos trabajen con más suavidad.
– Una mala alineación de la puerta con respecto al marco donde se encaja el pestillo puede dar problemas que se solucionarían estudiando el escuadrado.
. Si, tras la observación, se concluye que la puerta se ha descolgado ligeramente, habrá que sacar la puerta y colocar en los goznes unas arandelas que suban la altura de la hoja.
. En el caso de que la desalineación entre el pestillo y el encaje sea debida al aflojado de las bisagras, habrá que quitar los tornillos que las sujetan con la ayuda de un destornillador de estrella o plano. Posteriormente, se rellenará el hueco que con anterioridad ocupaban los tornillos con un taco de madera acabado en punta, bien encolado y oportunamente ajustado. Una vez seco el taco, lo que sobrepase con respecto al marco de la puerta debe ser convenientemente cortado y lijado. Después se vuelven a colocar las bisagras, atornillando sobre los tacos y, por último, hay que asegurarse de que el pestillo encaja perfectamente.
. Otra causa habitual de la no alineación del pestillo es el pandeo, o deformación por encorvado de la puerta, que generalmente se produce en la mitad de la puerta y se debe a una compresión lateral. Para remediarlo será preciso desmontar la puerta y situarla en unos caballetes con la parte abombada hacia arriba. Sobre ella se colocará alguna pieza de peso considerable que será la encargada de ir corrigiendo el defecto. Para ello se debe colocar algún trapo que evite cualquier daño en la madera.
Si, por el contrario, el problema es de avería mecánica la solución pasará irremediablemente por el cambio del pestillo.