La caladora o sierra de calar es una herramienta que, con los accesorios adecuados, permite cortar de manera fácil y rápida multitud de materiales: madera, vidrio sintético, enchapado, aglomerado, acero, aluminio, etc. Además, admite diferentes cortes (curvo, derecho, biselado), por lo que se convierte en un utensilio imprescindible en el bricolaje doméstico debido a su practicidad y versatilidad.
Accesorios
Soporte para fijarla a la mesa. Dispone de varias ranuras que permiten el acoplamiento de múltiples accesorios. Este soporte facilita que la hoja mantenga la verticalidad y permite realizar cortes con mayor precisión, incluso en ángulos de 90º.
Pie ajustable. Con este accesorio, se pueden realizar cortes en ángulo con la superficie del material. La variación del ángulo oscila de 0º a 45°.
Aspiradora o soplador. Evitan el serrín y los residuos.
Lupa. Se utiliza para ver con claridad tanto la hoja como la pieza de trabajo.
Guía lateral. Asegura que los cortes sean rectos, aunque si la madera es muy dura y la caladora no tiene potencia suficiente, puede desviarse.
Compás. Este accesorio puede acoplarse a la guía lateral y realizar cortes curvos o circunferencias. Es idóneo para elaborar el tablero superior de una mesa circular.
Las hojas son el accesorio fundamental de la sierra caladora. No en vano el tipo de corte depende del modelo de hoja que se emplee. El abanico donde elegir es muy amplio.
El material con el que se elaboran las hojas influye en el rendimiento de las mismas
Se clasifican por la cantidad de dientes y el tamaño de los mismos. Cuanto mayor sea el número de dientes, más fino será el corte, mientras que con una menor cantidad, la sección será más rápida. Respecto al tamaño, las hojas de dientes grandes -utilizadas para maderas y derivados- proporcionan un corte alternado, los dientes medianos -apropiados para madera y materiales plásticos- cortan de manera precisa y los más finos se utilizan para contornear curvas cerradas en madera y para materiales blandos y no ferrosos.
En cuanto al material con el que se elaboran las hojas, influye en el rendimiento de las mismas. Las hojas de acero y las bimetálicas cortan madera y metales ligeros, mientras que las de carburo están indicadas para paredes de tablaroca.
