Las piezas cerámicas han experimentado una importante evolución en los últimos años. Han variado los formatos, se han ampliado los diseños y se ha apostado por nuevos colores. Pero además, ha cambiado la propia composición de las piezas, con productos de baja absorción como el gres porcelánico. Estos formatos han obligado a buscar nuevos modos de colocación de las baldosas. El tradicional mortero ha sido sustituido por adhesivos en dispersión (pastas adhesivas) y de resinas reactivas. «La industria de los adhesivos cerámicos ha ido desarrollando productos adecuados a esta evolución», precisa la Asociación Nacional de Fabricantes de Morteros Industriales (ANFAPA). Se han encontrado las soluciones adecuadas para asegurar una colocación duradera, «en función de la naturaleza del soporte, el tipo de pieza y el uso al que se destina».
Los dos rasgos fundamentales de un adhesivo son la adherencia y la durabilidad. Ambas características determinan la fijación de las piezas al soporte y entre ellas. Cuando las piezas son porosas, el adhesivo penetra en los poros y el agarre de la baldosa al pavimento es mayor. Por el contrario, las piezas de baja absorción reducen su capacidad de adherencia y es necesario recurrir a un adhesivo con resinas.
Aplicación
La aplicación del adhesivo puede realizarse mediante el encolado del soporte (simple) o también de las baldosas (doble). Esta última técnica es más adecuada cuando se encolan «piezas de gran formato, piezas de baja absorción, pavimentos muy transitados y fachadas», recomienda ANFAPA.
Hay que evitar una cantidad excesiva de agua, ya que debilita la adherencia
Por otro lado, al hacer la mezcla con agua, hay que evitar una cantidad excesiva de líquido, ya que disminuye la resistencia y debilita la adherencia por falta de hidratación. Además, hay que tener en cuenta la temperatura ambiente y evitar encolar las baldosas con temperaturas inferiores a 5º C (ausencia de fraguado o de reacción química) o superiores a 30º C (falta de adherencia). Tampoco es aconsejable transitar sobre el pavimento recién colocado.
Alicatar con mortero
Cuando se colocan baldosas con mortero, hay que extender el producto sobre la zona en la que se trabaja y en el reverso de las piezas. Para calcular la distancia entre baldosas, suelen emplearse pequeñas regletas en forma de aspa. Posteriormente, se golpean las baldosas levemente con un mazo de goma para fijarlas al suelo y se alinean con la ayuda de las regletas. Cuando sea necesario cortar materiales cerámicos, se debe emplear una máquina específica para este tipo de trabajos.