Un tercio de los hogares españoles padece molestias por ruidos generados tanto en el exterior como en el interior de las viviendas. Para solucionarlo, el Documento Básico de Protección frente al ruido, aprobado a finales del pasado año, aumenta los niveles exigidos de aislamiento, que deberán ser hasta tres veces superiores a los actuales. Esta normativa afecta a los edificios de nueva construcción, pero los anteriores también pueden reducir la transmisión de ruido gracias a la espuma de poliuretano. Este material posee una gran capacidad de sellado y puede emplearse tanto en puertas como en ventanas, saneamientos, paredes y muros.
La espuma de poliuretano es un excelente aislante acústico. Consigue una gran efectividad en la absorción de ruidos e insonorización de la vivienda. Según un estudio del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Ciencia e Investigación (CSIC), sus propiedades acústicas se deben fundamentalmente a su capacidad de sellado, que proporciona muy buenos resultados en el aislamiento frente al ruido aéreo.
El poliuretano comenzó a utilizarse en los años 50. Hasta entonces no existían máquinas capaces de procesarlo. Se trata de un producto que procede de otros dos, el petróleo y el azúcar, sometidos a un proceso químico de transformación que da como resultado dos componentes básicos: isocianato y poliol. «La mezcla en las condiciones adecuadas de estos dos componentes proporciona, según el tipo de cada uno de ellos, una espuma para aislamiento, rígida, o bien una espuma flexible, un elastómero, un rigímero o una espuma semirígida», explica la Asociación Técnica del Poliuretano Aplicado (ATEPA).
El coeficiente de dilatación de la espuma rígida es casi cinco veces superior al del cemento, si bien una vez curada la espuma se puede cortar el sobrante, lijar o pintar
A temperatura ambiente, el isocianato y poliol son dos componentes líquidos, que consiguen una estructura sólida al mezclarse. En el caso de la espuma rígida, se produce una contracción por enfriamiento y una dilatación por calentamiento, que es casi cinco veces superior a la del cemento. Por ello, a la hora de utilizar espuma de poliuretano hay que tener en cuenta este factor, a pesar de que, una vez curada la espuma, se puede cortar el sobrante, lijar o pintar.
Otras de las ventajas de las espumas de poliuretano son su peso reducido y su ausencia de goteo en caso de incendio. En cuanto a sus propiedades como aislante acústico, la espuma más adecuada es la de baja densidad y celda abierta, según ATEPA, ya que está específicamente diseñada para este tipo de trabajos: «Puede doblar el valor del coeficiente de reducción de transmisión de ruidos de las espumas de celda cerrada, llegando a 0,65», precisa. Las espumas de celda cerrada son óptimas para el aislamiento térmico, por lo que se puede recurrir a una combinación de ambos tipos para conseguir mejores resultados en aislamiento térmico y acústico.
Estas características hacen que la espuma de poliuretano sea un recurso cada vez más utilizado en el sellado de puertas, ventanas y saneamientos, así como en las paredes y muros. Incluso en temperaturas extremas -entre 50ºC bajo cero y 110ºC- mantiene sus propiedades técnicas. Se debe tener cuidado, eso sí, al aplicar la espuma, ya que se adhiere a cualquier elemento que entre en contacto con ella. Es aconsejable proteger las zonas cercanas para que esto no ocurra.
El pasado mes de octubre se aprobó el Real Decreto que regula el Documento Básico de Protección Frente al Ruido, que completa el Código Técnico de la Edificación aprobado por el Ministerio de Vivienda en marzo de 2006. Su objetivo es librar a los edificios de la contaminación acústica. Para el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, su aplicación “pondrá fin a las molestias por ruidos generados tanto en el exterior como en el interior de las viviendas, que actualmente padecen casi un tercio de los hogares españoles”.
Los edificios de nueva construcción deberán contar con un nivel de aislamiento hasta tres veces superior al actual
Una de las principales medidas recogidas en el Documento es la mejora de los niveles de aislamiento, que deberán ser hasta tres veces superiores a los actuales para reducir la transmisión de ruido aéreo (música, gritos, voces), de impacto (golpes, taconeos) y vibraciones. Se espera que esta medida, que afecta a los edificios de viviendas de nueva construcción, suponga un incremento medio del coste de construcción de entre un 0,33 y un 0,75%, pero permitirá impulsar, a la vez, nuevas investigaciones para desarrollar mejores materiales y sistemas de aislamiento acústico que protejan aún más del ruido.
El poliuretano está muy presente en la vida cotidiana. Con él se hacen desde colchones a suelas de zapatos o zapatillas deportivas. También se emplea a menudo para fabricar muebles, piezas de ortopedia o partes del automóvil, como el volante o los asientos. Otras aplicaciones del poliuretano son los juguetes, pinturas, material quirúrgico, tuberías y neveras.