Además de las principales sustancias nutritivas que se deben añadir a cualquier planta, el nitrógeno, el fosfato y el potasio, hay otros componentes que han de suministrarse a los ejemplares para que éstos tengan un desarrollo adecuado.
Estas sustancias nutritivas complementarias son el calcio, el magnesio y el azufre, y pueden ser aportados mediante preparados específicos. A continuación aparece una relación de las principales sustancias complementarias, la forma de aportárselas a los vegetales, y los beneficios que les proporcionan, así como la manera de detectar si los ejemplares ornamentales u hortalizas están pidiendo que se les añadan nutrientes.
–Calcio: aportando cal se proporciona este componente que tanto las plantas con flores como los árboles frutales y las hortalizas de la huerta necesitan en cantidades moderadas. Los suelos ácidos y los especialmente ricos en potasio son los que más calcio precisan. Para saber si las plantas están faltas de calcio observe si sus hojas han palidecido o si presentan una vegetación raquítica.
–Magnesio: esta sustancia hay que introducirla en un abono de base, especialmente allí donde se planten rosas o tomates y si el suelo es arenoso, turboso o especialmente rico en potasio. Para identificar la carencia de magnesio fíjese en si las plantas presentan manchas amarillas o marrones entre los nervios de las hojas.
–Azufre: procure que los fertilizantes o abonos que utilice siempre tengan una pequeña dosis de azufre, ya que es beneficioso para todas las plantas. Identificará su falta si las plantas muestran un crecimiento raquítico o excesivamente lento.