A menudo se impone la idea de que los jardines pequeños se deben limitar a plantas y arbustos de poco tamaño. Pero no es así: también se pueden introducir árboles pequeños, que en general no superen los seis metros de altura y los cuatro de diámetro en sus copas. Este artículo describe la posibilidad de introducir árboles en jardines pequeños y brinda una lista de especies aptas para esos espacios, tanto de árboles como de arbustos grandes que pueden cumplir la misma función.
Árboles también en jardines pequeños
Tener un jardín pequeño no siempre supone que no se pueda contar con un árbol. Hay árboles de poco tamaño que se adaptan muy bien a esos espacios, sin riesgo de que sus raíces levanten el suelo ni de que su copa invada otras áreas. Se consideran pequeños los árboles que no miden más de seis metros de altura y cuatro de diámetro en la copa. Pero no solo hay que tener en cuenta el tamaño.
También se debe considerar otras cuestiones, como si la especie es capaz de adaptarse a las condiciones climáticas de la zona o si es preferible que sean de hoja caduca o perenne. Los primeros tienen como ventaja que, al perder las hojas, dejan pasar la luz del sol, lo cual puede resultar agradable y conveniente en invierno. El aspecto negativo es que, por el mismo motivo, ensucian más y obligan a mayores tareas de limpieza. Otra variante que se debe tener en cuenta es, si se elige un árbol frutal, que su fruto sea del gusto de los habitantes de la casa, para poder aprovecharlo.
Especies de árboles aptas para jardines pequeños
Las siguientes son algunas especies de árboles que se adaptan bien a jardines pequeños:
Acacia blanca. Esta especie (cuyo nombre científico es Acacia floribunda, debido a su carácter florido) se aclimata a zonas húmedas y con bastantes lluvias, aunque no tolera el exceso de humedad en el suelo. Originaria de la costa de Australia, resiste fríos de hasta 6 ºC. También se puede plantar la acacia azul (Acacia cyanophilla), pero sus raíces son algo más grandes y sí existe el riesgo de que levante el pavimento.
Olivo. Llamado también olivera o aceituno (Olea europaea) es una de las especies más representativas de la zona mediterránea. La copa es amplia, pero se puede recortar para que no se expanda tanto. Resulta favorecido por climas soleados y cálidos, aunque también se adapta a la vida en regiones con situaciones diferentes y suelos pobres.
Además del tamaño, hay que tener en cuenta que el árbol se adapte a las condiciones climáticas de la zona
Aligustre. Algunos tipos de aligustres, como el arbóreo (Ligustrum lucidum) y el del Japón (Ligustrum japonicum), a menudo empleados como setos, también se pueden lucir como árboles pequeños en el jardín. Su crecimiento es rápido y soportan muy bien el frío y las heladas. Prefieren los ambientes húmedos, pero también se aclimatan a regiones o temporadas secas. Una gran ventaja de este árbol es que tolera muy bien la polución urbana, por lo cual se usa con mucha frecuencia en plazas, aceras y otros espacios públicos.
Tejo. Es un árbol de crecimiento lento que puede alcanzar los 20 metros de altura, pero que con la poda se mantiene en las dimensiones deseadas. De hecho, a menudo se emplea para setos y cortavientos naturales. La copa es piramidal o cónica, tupida y con ramas horizontales. También se adapta a varios climas diferentes, incluso a gran altitud (2.000 metros). Su nombre científico es Taxus baccata y es originario de Europa, la parte occidental de Asia y el norte de África.
También se puede recurrir a frutales pequeños, como limoneros, cerezos, naranjos, nísperos, manzanos, albaricoques o melocotoneros.
Arbustos que cumplen la función de árboles
Así como con algunos árboles conviene aplicar la poda de formación para mantener el tamaño apropiado, la misma técnica se puede utilizar sobre algunos arbustos para que hagan las veces de árboles en los jardines. Algunos son los siguientes:
Laurel. Si bien el laurel (Laurus nobilis) habitualmente se cultiva como un arbusto de poco tamaño, si se deja crecer puede alcanzar hasta 10 metros de altura. Como buen ejemplar mediterráneo, soporta bien la sombra y los climas marítimos, pero no los fríos intensos. Tiene un fruto de color oscuro y sus hojas, además de ser un símbolo de la victoria, tienen variados usos gastronómicos.
Con una buena poda de formación, se pueden usar arbustos en el jardín como si fuesen árboles
Enebro. Al igual que el laurel, el enebro común (Juniperus communis) es conocido por su empleo culinario, como especia, y como un arbusto, pero es una conífera que puede llegar a seis metros de altura. Su principal ventaja es lo bien que se adapta a distintas situaciones: suelos, niveles de humedad, el viento y la luz (aunque prefiere que le dé el sol o, a lo sumo, una sombra parcial). También sirve para formar setos o cortavientos.
Jazmín naranja. Llamado también naranjo jazmín o azahar de la India, esta especie (Murraya paniculata) es muy bonita, aunque bastante sensible al frío, a los suelos demasiado salados y las plagas y enfermedades, como las cochinillas y nemátodos. Sin embargo, su belleza puede justificar sus cuidados. Esta planta, originaria del sudeste asiático (China, Japón y Malasia), es muy utilizada entre los cultivadores de bonsáis.