A finales de otoño o principios de invierno se inicia una época sumamente adecuada para plantar árboles en el jardín. Sin embargo, también es posible contar con una de estas especies en el interior de nuestra vivienda. Los profesionales aseguran que, incluso, son las plantas que mejor se adaptan al ritmo de vida actual, ya que requieren pocos cuidados y, además, se convierten en un interesante complemento decorativo.
Si se opta por plantar un árbol en el jardín, es necesario cavar un hoyo, prestarle mucha atención y evitar las consecuencias de las heladas. Por el contrario, si el árbol se planta dentro de casa, los cuidados son mucho más sencillos. «Cualquier variedad de troncos, por ejemplo, se conserva perfectamente si se riega cada quince o veinte días», explica el presidente del gremio de floristerías de Valladolid, Manuel Morales.
Son las plantas que mejor se adaptan al ritmo de vida actual: requieren pocos cuidados y son un interesante complemento decorativo
Por lo general, los árboles de interior necesitan muy poca agua, se adaptan bien a cualquier clima y permanecen en perfecto estado durante muchos años. Tampoco suelen presentar problemas por estar cerca de una calefacción o tener poca luz, aunque, como todas las especies, requieren luz natural. «La luz artificial que tenemos en casa no la ven las plantas», precisa Morales.
Por esta razón, los árboles son capaces de girarse hasta encontrar la luz que les hace falta. Una posibilidad es sujetar un poste junto al árbol para que no se incline demasiado. Sin apretarlo en exceso. Si se planta en el jardín, también se puede colocar este poste, además de rellenar el hoyo con tierra que previamente se haya sacado de él. Para conseguir que el sustrato se asiente mejor, es bueno regar el árbol y realizar un surco alrededor de la base para que el agua llegue a la raíz.
Especies más habituales
La principal característica de los árboles de interior es que alcanzan alturas superiores a 50 centímetros (pueden llegar hasta dos metros y medio), pero no suelen ensancharse demasiado, por lo que cada vez son más utilizados en las casas como elemento decorativo. Los tradicionales ficus de gran tamaño han cedido terreno a plantas menores, acordes a las propias dimensiones de la vivienda.
Las bromelias, algunos tipos de orquídeas, los troncos de yuca, la Kentia y los bonsáis son muy requeridos
Las bromelias, con un centro de tonos rojos, algunos tipos de orquídeas, los troncos de yuca o la Kentia, una planta muy elegante y estilizada, son especies muy empleadas. Por otro lado, los tradicionales bonsáis son también muy requeridos, aunque en su caso los cuidados están orientados a evitar que crezcan. Hay que podarlos, cortarles las raíces y las yemas de los tallos, y regarlos una vez a la semana por inmersión, es decir, dentro de un recipiente con agua. La altura normal de un bonsái oscila entre 30 y 50 centímetros, aunque también pueden llegar al metro.
Lo que se busca es que estos «arbolitos de interior» no ocupen demasiado espacio y que sean un complemento a la decoración minimalista actual. «Además, buscamos que las plantas requieran pocos cuidados porque cada vez tenemos menos tiempo y nos ocupamos menos de ellas. Estas especies cumplen estos requisitos», insiste el presidente provincial de los floristas.
La primera regla para elegir una maceta adecuada es que ésta sea proporcionada al tamaño y a las necesidades del árbol. Por lo general, los troncos necesitan muy poco espacio para desarrollarse porque tienen una raíz muy pequeña, por lo que el tiesto no suele tener grandes dimensiones. Los cambios de una maceta a otra de tamaño superior se tienen que hacer aproximadamente cada año. La nueva maceta debe tener un centímetro y medio de diámetro más que la anterior.
Si la maceta es demasiado grande para el árbol, se puede compartir con otras plantas. Las jardineras son muy apropiadas en este caso, ya que permiten cultivar dos o tres plantas a la vez. Lo que no debe hacerse es emplear una maceta demasiado grande, ya que esto consigue que el árbol ocupe sólo el espacio de alrededor de la maceta y crezca horizontalmente, sin que se aproveche buena parte de la tierra.