El árbol es uno de los elementos decorativos más típicos y populares en las fiestas navideñas. Puede ser una planta natural o una figura elaborada en materiales sintéticos de las que existen infinidad de modelos, tamaños, colores y diseños. Pero también se puede dar un toque de originalidad a la decoración y crear piezas artesanales. Este artículo pone el foco en cómo confeccionar árboles artesanales de madera y cartón y propone nuevos adornos, más allá de las típicas bolas, estrellas y espumillones.
Un árbol de Navidad artesanal de madera
Si se ha de confeccionar un árbol de Navidad artesanal, hay que tener en cuenta que sus dimensiones deben ser inferiores a las de los modelos que se comercializan. De ese modo, su manipulación y fabricación serán sencillas.
Para un árbol de madera, se necesitan dos tableros de fibra con un grosor de entre uno y dos centímetros y un pliego de papel o cartulina. En el pliego se dibuja la silueta del árbol, con las formas y tamaños deseados y, luego, se copia la planilla sobre ambos tableros. Conviene trabajar en una superficie fija y estable para evitar errores.
Un modo sencillo de confeccionar un árbol de Navidad es hacerlo con un solo tablero de madera o plancha de cartón
Después, con la ayuda de una sierra caladora, se cortan los tableros de madera siguiendo el dibujo. Es recomendable lijar los bordes y cantos, para que tenga un buen acabado.
Hecho esto, es momento de ensamblar ambas partes. Para ello, se debe hacer un corte longitudinal en cada tablero: uno desde la mitad hasta la base y el otro desde la mitad hasta el pico. La medida del ancho del corte debe coincidir con el grosor de los tableros, para que ambas piezas encajen sin holguras. De lo contrario, es posible que la composición pierda estabilidad.
Una vez que está montado, hay que equipar el árbol con ganchos (los «cuelgafáciles» son apropiados) para colgar los adornos. Otra alternativa para decorarlo consiste en darle color y dibujar diferentes motivos sobre la propia superficie. Con una brocha pequeña, se aplica una mano de sellador y dos de pintura acrílica verde. Una vez que la capa base está seca, se dibujan los adornos.
Árboles de Navidad de cartón, aún más sencillos
Si en lugar de tableros de madera se utilizan planchas de cartón duro o de pluma, el trabajo resulta más sencillo. La razón es que no hace falta una sierra para cortar el material, ni lijarlo, y los ganchos se pueden colocar con mayor facilidad. Basta un cúter para recortar las siluetas. Luego se deben seguir los mismos pasos que en la elaboración de un árbol de madera, con la ventaja de que los adornos se pueden pegar de manera directa en los vértices.
Un modo incluso más simple de confeccionar un árbol de Navidad, con los mismos materiales, es hacerlo con un solo tablero de madera o plancha de cartón. Se recorta la silueta deseada en una sola pieza y luego se puede colocarla apoyada sobre una base firme (una pared o una columna) o se cuelga, sobre una pared -como un cuadro– o del techo. Esta última opción puede ser algo más complicada, pero ofrece la ventaja de que se pueden adornar ambos lados del árbol.
Espumillones, bolas de diferentes colores y estrellas son las figuras que más se repiten en la decoración de un árbol de Navidad. Sin embargo, hay materiales y elementos cotidianos que es posible transformar en originales adornos.
Los lazos son una de las opciones. Rojos, verdes, dorados, con cuadros de vichy o motivos florales. La oferta es amplia y diversa. En primer lugar, se debe hacer una lazada simétrica y aplicar con un pincel una capa de endurecedor para que el lazo adquiera un acabado rígido. Con un cordón muy fino o hilo de pita, se cuelgan los lazos, ya secos. Los restos de telas de colores o de prendas en desuso también se pueden aprovechar para hacer estos adornos.
Las pastas para moldear, como la plastilina y la arcilla, son otro recurso para elaborar figuras y motivos. Los moldes de repostería con formas navideñas (estrellas, muñecos de nieve, Papá Noel, corazones, etc.) resultan muy útiles. Tan solo es necesario amasar el material hasta conseguir una plancha regular y cortar con los moldes tantos motivos como se desee. Si las figuras son de arcilla, será preciso cocerlas en el horno hasta que se endurezcan, darles color con témperas o betunes y barnizar para proteger el acabado.
La arcilla polimérica es un material muy manejable que se endurece al cocerla en un horno doméstico, a una temperatura de entre 100 y 130 grados. Ahorra el paso de pintar, ya que se vende en diferentes colores que se pueden entremezclar. Es un material que se emplea para esculpir figuras y en bisutería.