Se trata esta de una sencilla operación que se realiza bastante a menudo, tanto en los circuitos eléctricos del hogar como, por ejemplo, en los del coche. Primero se debe localizar el fusible estropeado.
Una vez localizado, cortar la corriente del contador. A continuación elegir un cable del diámetro adecuado. Como pauta, un cable de 1 milímetro de diámetro soporta una corriente de 6 Amperios, y un cable de 2 milímetros soporta 20 Amperios. Después, desenroscar los tornillos del sujeta-fusible y quitar el cable fundido. Tras esto, se formará una «ese» con el cable nuevo para que se adapte al sentido del enroscado de los tornillos. Después, colocar el cable debajo de los tornillos de cierre y su arandela correspondiente. Por último, se debe apretar el tornillo para obtener un buen contacto entre la parte metálica y el cable.
Para evitar nuevos cambios de fusible, es conveniente cambiar el viejo sistema de plomos por un cortacircuitos de cartucho.