Las campanas extractoras decorativas se han convertido en un elemento central de la cocina. Además de funcionales, estos aparatos atraen la atención por la originalidad de sus diseños. Los acabados pueden ser rectangulares, convexos o curvados con cristal templado, aunque siempre se debe comprobar que la zona de cocción queda completamente cubierta para captar bien los humos. Así, de acuerdo al diseño del mobiliario, se puede elegir entre un modelo de pared o isla, es decir, suspendido del techo sobre una isla de cocción.
Las dimensiones de las campanas varían. Hay extractores de entre 40 y 120 centímetros de ancho, aunque también se contemplan medidas especiales y modelos extraíbles que permiten cubrir una zona mayor cada vez que se abren.
Salida al exterior o sistema de filtros
En su mayoría, estas campanas están fabricadas en acero inoxidable. Esto significa que la suciedad encuentra más dificultades para incrustarse y, en consecuencia, limpiarlas resulta más sencillo. Respecto a su estructura, en el cuerpo de la campana se localizan generalmente los mandos de luz y ventilación, mientras que la parte superior sirve para conectar el tubo por el que se escapan los humos o, como indica su nombre, es simplemente decorativa.
Los filtros antigrasa se pueden limpiar en el lavavajillas, mientras que los antiolor son desechables
En el primer caso, el tubo debe garantizar la salida de humos al exterior y la renovación del aire. Para ello, es preferible que el tubo no sea demasiado largo, que el diámetro ronde los 120 milímetros y que incluya una válvula antirretorno para que ni el humo ni el olor regresen a la cocina. Por el contrario, cuando no sea posible instalar una salida de humos, la función de la campana se limitará a retener la grasa y los olores.
Para ambas funciones, las campanas decorativas recurren a filtros antigrasa y filtros de carbón activo, respectivamente. Con frecuencia, los filtros antigrasa son metálicos y se pueden limpiar en el lavavajillas, mientras que los filtros antiolor son desechables (no se pueden lavar) con duración limitada. Las campanas más modernas cuentan con indicador de saturación de filtros para saber cuándo deben cambiarse.
Un aspecto fundamental que se debe tener en cuenta a la hora de instalar una campana es la distancia a la que ha de estar de la zona de cocción. La altura mínima oscila entre 55 y 60 centímetros. Asimismo, puesto que la campana queda conectada a la red eléctrica, hay que comprobar que la tensión es adecuada a la potencia del aparato y que existe una toma de tierra.
Se debe respetar una distancia mínima desde la zona de cocción hasta la campana
En lo que se refiere al cuadro de mandos, es imprescindible evitar fallos en las funciones de apagado y encendido del motor, velocidad e intensidad de aspiración y eliminación de olores. Por otro lado, algunos fabricantes disponen de campanas con sistemas de insonorización, aunque es casi inevitable que emitan ruido cada vez que se ponen en marcha.
Por último, el mantenimiento comprende una limpieza exterior de la campana con un trapo húmedo y un limpiador neutro, además de la limpieza de los filtros -si tiene- y la sustitución de las bombillas. Hay que recordar que, antes de manipular la campana, se debe desenchufar de la red eléctrica o, si cuenta con un interruptor general, apagarlo.