La pérdida de los materiales que recubren la madera con la que están construidos los muebles puede deberse a diversos factores. El primero, y más grave, aunque fácilmente subsanable, es la falta de un periódico mantenimiento. Este mantenimiento es sumamente importante en el caso de las vigas que sustentan las casas.
Es importante comprobar que se encuentran en perfecto estado al menos una vez cada tres años, aunque no estaría de más realizar esta revisión de las vigas anualmente, para desechar la presencia de termitas o carcoma, o confirmarla si hay serrín en el suelo o se observan rajas o humedades en las mismas.
Otro factor determinante es la calidad del compuesto que se le haya aplicado al mueble, ya que puede existir incompatibilidad entre la superficie que se desea cubrir y el material cubriente empleado, o también que su aplicación se haya efectuado de manera incorrecta. Este factor puede pasar desapercibido pero puede ser una posible causa si no se aprecian focos de humedad.
Tras reconocer el causante de los problemas se deberá lijar bien la madera, para retirar todos los restos de pintura, y aplicar una capa de pintura al aceite, que además de decorar la madera la protege frente a la humedad. También es posible que sea necesario aplicarle una mano de tapaporos, para sellarlos, y una capa de imprimación para asegurar el perfecto agarre de la pintura a la superficie.