Muchas sillas, sobre todo las de madera, son más cómodas con la adición de un buen cojín. La necesidad de ese accesorio funcional se puede convertir en una posibilidad de diseño: permiten añadir valor decorativo a las sillas y jugar con sus colores para que se combinen o contrasten con el resto de colores de la cocina o del comedor.
La variedad de cojines que pueden conseguirse en el mercado es amplísima. Si bien el tamaño de los asientos está más o menos normalizado y, por tal motivo, los cojines se fabrican a menudo cuadrados y con lados de unos 40 centímetros, los hay más gruesos y más finos, con bordes rectos y redondeados, cubiertos por tejidos diversos, rellenos de granos o bolitas de material sintético, de gomaespuma, con retazos de telas usadas o hasta con plumas de aves.
En muchos casos, la elección del relleno más idóneo dependerá del gusto de cada persona. Hay quienes prefieren sentarse en un material muy mullido y hundirse cuando se apoyan, frente a quienes prefieren una superficie rígida, que no varíe su forma original. Lo mismo en relación con el grosor del almohadón, aunque en este caso también habrá de considerarse la altura de la silla: tienen una medida estándar, pero algunas son más altas que otras. Un cojín grueso y rígido en una silla alta podría ocasionar incomodidad -incluso lesiones- en una persona de baja estatura que estuviera mucho tiempo sentada.
Si los tonos de la estancia son claros, se puede usar incluso un color distinto de cojín para cada silla
Con relación al color, se debe tener en cuenta el de los muebles y la decoración general de la estancia donde las sillas se ubican. Si el ambiente está dominado por colores oscuros o rústicos, los colores más apropiados para los cojines serán también oscuros, sin mucho brillo. En cambio, el contraste puede quedar muy bien si los tonos que predominan son claros. Con cojines de colores intensos se puede dotar de vida a la estancia. Incluso, si ya existe una decoración colorida y variada, es posible pensar en la opción de elegir cojines de diferentes colores para cada una de las sillas. Será cuestión de probar y no excederse: es bueno que sean de un toque llamativo, pero no chillón.
Elaborar el cojín para las sillas
Los cojines son sencillos de fabricar, incluso para alguien sin mucha experiencia. Su elaboración podría considerarse como una tarea perfecta para quienes den sus primeros pasos en el mundo del bricolaje.
Lo primero será decidir la clase de cojín que se quiere hacer: su tamaño y tipo de borde, tela y relleno. Si no son muy gruesos, el borde siempre será redondeado; si su espesor es de unos 4 centímetros o mayor, se podrá optar por un borde recto, el cual le dará mayor firmeza, resistencia y estabilidad. En este último caso, también será conveniente elegir una tela más gruesa, a tono con el conjunto.
Los cojines de bordes rectos tienen mayor firmeza, resistencia y estabilidad
Cojines de bordes redondeados. Salvo que la silla sea de un tamaño fuera de lo corriente, lo normal será recortar un rectángulo de tela con las siguientes medidas: de largo, 80 cm más el doble del espesor que se desea para el almohadón (si la idea es que tenga 2 cm de espesor, el rectángulo deberá tener 84 cm de largo); de ancho, 40 cm más esa misma medida (según el mismo ejemplo, 44 cm). Habrá que plegar la tela, coserla en las uniones de los lados largos y en el lado que quede abierto -el que une los que eran los extremos de la tela extendida- coser una cremallera. Por allí se introducirá el relleno después y quedará cerrado.
Cojines de bordes rectos. En este caso, la tela larga deberá tener, sin importar el grosor deseado, 82 cm de largo por 42 de ancho; además hará falta la tela de los bordes, que podrá ser una misma tira que rodee los cuatro costados del almohadón, o bien cuatro fragmentos cosidos por sus extremos. Si es una sola tira, deberá tener de largo 1,62 m, mientras que, de ancho, la altura de la que se desee el cojín más 2 cm (para las costuras): si se desea que el cojín tenga un grosor de 4 cm, la tira deberá tener 6 cm de ancho. Si, en cambio, los costados se harán con cuatro fragmentos, la extensión de cada uno deberá ser de 42 cm; el ancho se calcula de la misma manera. La cremallera se podrá colocar en cualquiera de las uniones de una de las telas grandes y cuadradas con la tira en uno de los lados del cuadrado.
Los cojines que se compran en las tiendas, por regla general, incluyen en dos de sus vértices unos pequeños lazos que permiten atarlos a las patas de la silla para que no se desplacen cuando quien está sentado encima se mueve, y también para que no se caigan cuando la persona se levanta. En caso de que no los incluyan, o de que se desee confeccionar el cojín, conviene añadirlos, ya que brindan practicidad a todo el conjunto. Y mejor aún si son dos por cada vértice: se atan por detrás de cada pata con un nudo, como los del cordón de las zapatillas deportivas, y el cojín está asegurado.