En ocasiones, la precipitación y la falta de conocimiento motivan el fracaso de una tarea tan sencilla como colgar una lámpara en el techo o una barra para las cortinas. Al igual que ocurre con suelos y paredes, no todos los techos tienen la misma resistencia o estructura. Cada clase exige un método de suspensión específico. Por este motivo, antes de fijar cualquier objeto se debe comprobar la naturaleza del techo para determinar qué fijación es la más apropiada.
Perforar la cubierta
Uno de los métodos más fidedignos para identificar la resistencia y la estructura del material que compone el techo es realizar una prueba de perforación. Para ello, hay que realizar con un taladro eléctrico un agujero de unos 4 cm de profundidad, en el futuro punto de fijación.
Las brocas de carburo de tungsteno, con una longitud de entre 4 y 5 mm, son apropiadas para esta tarea. Siempre que sea posible, es aconsejable realizar la prueba con uno de estos accesorios bien afilado y en correcto estado de conservación.
La broca debe estar afilada y en buen estado
Los principales indicadores para averiguar la naturaleza y resistencia del techo son el color del polvo que se desprende mientras se realiza la perforación y la velocidad con la que avanza la broca.
Casas antiguas
Si en el primer centímetro del orificio el taladro se hunde con facilidad y, de repente, parece toparse con el vacío, la perforación se ha realizado entre dos vigas y es probable que se traspase el armazón. En ese caso, se debe emplear un sistema de fijación expansible, como el gancho basculante, para colgar objetos ligeros. Es una suspensión que se adapta al hueco del techo.
Si el elemento que se quiere instalar es pesado, es recomendable cambiar de idea y desplazar la fijación a otro punto ante el riesgo de que el armazón no aguante el peso.
Para los techos antiguos se recomienda usar un gancho basculante
Es habitual que al taladrar el techo la broca encuentre resistencia y comience a caer serrín de madera. Si esto ocurre, no hay duda de que se ha perforado una viga. Bastará con fijar un tirafondos o una armella con tornillo para colocar cualquier elemento en el techo de forma segura.
Soportes rellenos
Facilidad de perforación y restos grises o rojos mezclados con fragmentos blancos de yeso. Éstas son las señales inequívocas de que se acaba de atravesar un techo relleno. El polvo de la broca adquiere estas tonalidades porque el taladro perfora la bovedilla que se sitúa entre las vigas de la estructura. Es posible que ese espacio esté hueco. En tal caso, se recomienda utilizar un resorte en forma de paraguas.
Si en sucesivas perforaciones el taladro topa con celdillas y otros materiales compactos, lo más apropiado para fijar cualquier objeto es escoger un taco universal.
Es frecuente que en las construcciones actuales los techos estén formados por una losa de hormigón monobloque y que, a su vez, se apoyen en viguetas armadas de este material. Ambas características hacen que la perforación sea más compleja.
Por este motivo, es conveniente emplear un taladro de percusión de media potencia y brocas de carburo de tungsteno bien afiladas. Como sistema de fijación, se recomiendan los tacos metálicos o las armellas para asegurar una sujeción resistente y duradera.