Los colores cremas o marfiles son tonos claros y agradables a la vista, que se utilizan con mucha asiduidad en la decoración, debido a que logran dotar de mayor luminosidad a las estancias al reflejar la luz tanto eléctrica como natural.
A pesar de tratarse de tonalidades claras, no lo son lo suficiente como para que las pequeñas manchas de suciedad se aprecien en exceso sobre su superficie, algo que sí sucede con los tonos blancos.
Además, otra gran ventaja de cualquier color de esta gama cromática es que puede utilizarse como excelente fondo para emplear técnicas decorativas como el trapeado o esponjado, mediante las que se crea un contraste entre el color del fondo y una tonalidad, generalmente más oscura, que no recubrirá toda la pared para dejar a la vista el colorido crema o marfil.
Estos colores también sirven de estupendo contraste con elementos decorativos como cenefas o cuadros, e incluso tras los muebles de tonos oscuros.