En ocasiones al pintar de otro color alguna de las estancias de la vivienda es posible que el nuevo tono no conjugue con el de la lámpara que la ilumina. Aunque esto no sea demasiado importante en el caso de las lámparas del techo, que no se encuentran tan a la vista por lo que esta diferencia no se hace tan patente, sí que es más notable cuando el color desentona con las de pared, que es preferible que concuerden o contrasten con el color de la misma.
Para lograr este objetivo es necesario adecuar el color de la lámpara al de la pared. No es tan difícil restaurar una lámpara o pintar sus partes metálicas sin dañar su cableado y, de paso, retirar las posibles manchas de oxidación que puedan presentarse.
En este caso se ha optado por combinar dos tonalidades extremas del rojo en la habitación, la más clara, el rosa, para la pared, y una más oscura, el granate, para pintar la lámpara fluorescente colocada cerca del techo.
La lámpara es de formas rectas y casi no tiene partes que desmontar, lo que facilita su proceso de pintado. De todos modos, será necesario retirarla para evitar mezclar los colores de la lámpara y pared y poder trabajar con mayor facilidad y conseguir un acabado uniforme, para lo que será necesario aplicar dos manos de pintura.