La elección del papel pintado para revestir las paredes de una estancia no debería estar sujeta sólo a criterios estéticos. El diseño debe gustar y estar en armonía con el resto de elementos de la habitación. Es preciso considerar, no obstante, que la textura, el estampado y el color alteran la percepción espacial de la estancia. Por este motivo, antes de decantarse por un papel, conviene tener en cuenta las dimensiones de la habitación, la altura, su iluminación y el efecto espacial que los diferentes dibujos causarán en ella.
Efectos
El papel pintado ha resurgido como opción decorativa. A diferencia de los diseños que se empleaban en décadas anteriores, los actuales cuentan con una gama extensa y variada de acabados, colores y diseños. Los papeles impresos con grandes dibujos y los de tonalidades muy oscuras y cálidas -del rojo al amarillo- son una de las propuestas más novedosas. En las estancias donde se colocan, restan luminosidad y simulan espacios más pequeños. Sólo son apropiados para habitaciones de grandes dimensiones o con unas condiciones lumínicas óptimas.
Si a pesar de todo no se desea renunciar a un estampado moderno y actual, una solución consiste en revestir una única pared y decorar el resto con colores más claros. De esta manera, se logra rebajar la intensidad de sus efectos.
Las rayas horizontales simulan habitaciones más anchas
Los papeles con tonos pastel o con motivos pequeños impresos estabilizan o, incluso, aumentan la sensación de amplitud de las habitaciones donde se utilizan.
Los papeles rayados son otra opción que merece especial cuidado antes de colocar. Amplían los ambientes en el sentido de las líneas del diseño. Si el estampado cuenta con rayas horizontales, la habitación parece ensancharse y aumentar de espacio. En cambio, si éstas son verticales, se consigue una sensación de mayor altura en la estancia.
Para cada estancia
Además de las anteriores recomendaciones generales sobre qué papel elegir, hay otras específicas que conviene seguir para la decoración de cada una de las habitaciones y de los ambientes de un hogar. Las más elementales son las siguientes:
Dormitorios: la opción más apropiada son los papeles de colores fríos -tonalidades verdes, violetas y azules- para dar un efecto de amplitud. El blanco es la propuesta más clásica. Amplia los metros cuadrados de la estancia y capta la luminosidad natural.
Salón: en estas habitaciones es posible emplear papeles de diversas características. Es quizá la estancia más libre ya que admite diferentes variantes de color según el tamaño, el mobiliario y la decoración de la habitación.
Cuarto de los niños: la primera premisa para acertar con el papel de la habitación infantil es que sea resistente y lavable. Los dibujos grandes y divertidos son uno de los diseños más habituales. Son recomendables siempre que la habitación sea amplia. Si es de dimensiones reducidas, es preferible lo optar por un papel con motivos más pequeños o en tonos pastel.
Pasillos: si se quieren alargar visualmente o ganar iluminación natural, los colores claros y fríos son la propuesta más indicada. Los tonos cálidos y oscuros son la alternativa para los pasillos cortos de transición entre dos estancias.
Techos: en general, es habitual escoger diseños lisos sin ningún estampado o textura. Si los techos son altos y se busca una sensación de calidez, se deberá apostar por los colores oscuros. Si, por el contrario, el objetivo es aumentar la altura, se recomienda emplear papeles pintados en colores claros o, incluso, en blanco.