El teclado del ordenador necesita una limpieza profunda después de un determinado tiempo de uso, ya que es el periférico que más suciedad acumula y esto, a menudo, afecta a su normal funcionamiento. Este artículo explica paso a paso cómo efectuar la limpieza, tanto de sus teclas como de su parte interna; lo desaconsejable de comer o beber mientras se usa el ordenador; y las precauciones especiales que se deben tener en cuenta para el uso de equipos portátiles.
El teclado, el periférico que más se ensucia
El teclado es, junto con el ratón, la parte que más se ensucia en cualquier ordenador. Es normal que sea así, ya que son las partes con las cuales las manos entran en contacto y las que quedan más expuestas a las partículas. Estas son invisibles en pequeña cantidad, pero cuando se acumulan a lo largo de meses o incluso años, se hacen visibles, degradan el aspecto del equipo y a menudo también alteran su funcionamiento.
El teclado está lleno de pequeñas ranuras, y eso ocasiona que acumule mucho polvo y suciedad
El teclado, además, incluye otra característica negativa en este sentido: está lleno de pequeñas ranuras, los espacios en torno a las teclas. Esos huecos son muy dados a la acumulación de polvo, pelusas y otras sustancias que cada cierto tiempo conviene hacer desaparecer.
La manera más simple y elemental de limpiar un teclado es darlo vuelta para que quede con el lado de las teclas hacia abajo y sacudirlo un poco o darle pequeños golpes en la parte superior. La gravedad hará que la suciedad más gruesa y superficial se desprenda y caiga. También pasar un paño suave y seco sirve para retirar el polvillo del día a día. Sin embargo, cada cierto tiempo habrá que efectuar una limpieza más profunda.
Limpieza profunda del teclado
Para llevar a cabo una limpieza más profunda del teclado, la técnica de girarlo y moverlo un poco no resulta suficiente. Para esto será necesario desarmarlo, es decir, quitar las teclas, higienizar y luego volver a montar.
Una recomendación muy importante: antes de desmontar el teclado, conviene dibujar en un papel un esquema con la ubicación de todas las teclas, o bien sacarle una foto para poder consultarla luego, en el momento de volver a colocarlas. Por mucho que uno crea conocer de memoria la situación de cada una de ellas, a menudo surgen dudas, sobre todo en las que no corresponden a letras, sino a signos de puntuación u otras funciones del ordenador.
Lo aconsejable para limpiar las teclas es retirarlas y lavarlas en un recipiente con agua y detergente
Además, muchas personas (sobre todo las más habituadas al uso del ordenador) escriben casi como si ejecutaran un acto reflejo, sin pensar en la posición de las teclas. Esas personas redactan con mucha velocidad y precisión, pero (como por lo general no miran el teclado al hacerlo) tienen más dificultades en el momento de señalar el lugar exacto que ocupa una tecla y, más aún, si tienen que dibujar de memoria la disposición del teclado completo.
Una vez realizado el esquema o la foto, se deben retirar las teclas. Es sencillo: hay que ayudarse de una pequeña pinza, para tomar cada tecla por dos lados y tirar hacia arriba, o bien un destornillador, un cúter o cualquier otra herramienta con una hoja pequeña y delgada que se pueda introducir en la ranura de al lado de la tecla y hacer presión hacia arriba.
Retiradas las teclas, conviene lavarlas todas juntas en un recipiente con agua y detergente (puede ser el que se usa en la cocina para fregar los platos). Luego se pueden aclarar con la ayuda de un colador y dejar que se sequen bien. Se desaconseja usar un secador de pelo o dejar las teclas al sol para que se sequen, ya que el calor, sin ser demasiado elevado, podría deformar el plástico de las pequeñas piezas.
Limpiar la parte interna del teclado
La parte interna del teclado, la que queda debajo de las teclas, es la más sensible, ya que allí están los pequeños mandos y controles que determinan que la presión de los dedos se convierta en una orden para el ordenador. Por eso, hay que tratarla con mucho cuidado. Lo conveniente es, primero, retirar el polvo con un pequeño pincel o brocha suave. Después, usar bastoncillos de plástico con algodón en sus extremos humedecidos en alcohol para limpiar en profundidad y con precisión los huecos y conductos donde resulta más difícil llegar.
También hay que aprovechar estos momentos para limpiar las partes externas del teclado, que siempre están a la vista pero que con las teclas en su lugar son de acceso más difícil. Para ello, bastará con un paño suave apenas humedecido con alcohol o algún líquido o espuma específica para la limpieza de estos artículos.
Comer o beber mientras se usa el ordenador
Un líquido derramado sobre el teclado puede llegar a inutilizarlo
La mejor manera de ensuciar un teclado en poco tiempo consiste en comer y beber mientras se utiliza. Comer frente al ordenador, por mucho cuidado que uno ponga, conlleva a que algunos restos de comida terminen sobre el teclado, y más si se ingiere pan o cualquier otro producto que se desmigaje. Por eso, se recomienda con énfasis evitar en cualquier circunstancia comer frente al ordenador. Con relación a las bebidas, lo mismo. O más aún, porque los efectos de los líquidos sobre los teclados son peores: en muchas ocasiones (sobre todo si se trata de café, refrescos azucarados o bebidas isotónicas) acaban por inutilizar el periférico.
Si se trabaja con un ordenador de sobremesa y el teclado es un periférico, este se debe cuidar; en el peor de los casos, si hay que sustituirlo por otro, la inversión puede ser barata: se consiguen teclados desde unos 10 euros. Pero en los ordenadores portátiles, donde la CPU, el disco duro y todos los componentes centrales del equipo están justo debajo del teclado, las precauciones deben extremarse.
Con el polvo y las pelusas, no hay mayor inconveniente y basta con limpiezas frecuentes con los procedimientos descritos más arriba. Pero si se vierte líquido sobre un portátil, se debe procurar:
1. Apagar el equipo lo más rápido posible, desenchufarlo de la red eléctrica y desconectar la batería y todos los periféricos (teclado, ratón, llaves USB, etc.).
2. Pasar un papel de cocina o similar, lo más absorbente posible, para retirar el líquido que aún no haya alcanzado la parte interna del ordenador.
3. Inclinar despacio el equipo hacia el lado donde se haya vertido mayor cantidad de líquido, hasta dejarlo vertical. En esa posición, guardarlo en una bolsa y llevarlo lo más rápido posible a un servicio técnico.
Lo que nunca se debe hacer en estas situaciones es seguir algunas ideas que se difunden casi como leyendas urbanas y que pueden ocasionar que el remedio sea peor que la enfermedad: echar agua destilada para disolver el azúcar de la bebida azucarada volcada antes; echar arroz para que absorba la humedad (esto sí vale para los teléfonos móviles, pero en un ordenador no haría más que llenar de polvillo y almidón los circuitos internos); o aplicar un secador de pelo, ya que, como en el caso de las teclas, el calor podría deformar y arruinar el plástico.