El cóleo es una planta muy sencilla de multiplicar, incluso a partir de semillas, porque arraiga muy fácilmente, aunque resulta mucho más cómodo conseguir nuevos ejemplares a través de esquejes.
Como esquejes se pueden utilizar los restos de poda, tarea que es conveniente llevar a cabo a finales de otoño. Es recomendable escoger los tallos más sanos y mejor formados, aparte de evitar los rabos que no dispongan de hojas. También es aconsejable cortar los tallos seleccionados para que tengan una altura mínima de 8 centímetros y eliminar sus hojas inferiores para disponer de un tallo limpio y que pueda arraigar fácilmente en un recipiente lleno de agua.
Por otra parte, también será preciso colocar algún elemento que impida que las hojas del esqueje se introduzcan en el interior del recipiente y mantener el agua limpia, cambiándola si se enturbia, en un lugar con mucha luz para conseguir multiplicar esta bella planta sin dificultad alguna.
El cóleo en tierra
Además, a partir del mes de marzo puede comenzar a esquejar sus coleos para multiplicarlos en tierra en primavera o verano, en lugar de emplear la técnica de arraigue en agua que facilita su enraizamiento a finales del otoño.
La técnica que se empleará en cada caso es completamente distinta, debido a que la forma de preparación del tallo de donde se obtendrá el esqueje es diferente. Para los esquejes en tierra será necesario un tallo de unos 8 o 10 centímetros de longitud, del que se retirará las hojas inferiores, dejando únicamente un par de ellas justo en el extremo superior para realizar un corte oblicuo justo por debajo de un nudo del tallo.
Se colocarán los esquejes en un producto enraizante, y acto seguido se plantarán en una maceta pequeña, haciendo unos agujeros con un palo y luego presionando la tierra. Se pueden colocar varios esquejes en una misma maceta, pero será conveniente taparlos con un plástico para evitar que pierdan la humedad.