La grapadora mecánica se utiliza para un gran número de trabajos en madera, en fibra y, sobre todo, en labores de tapicería. Sirve para unir piezas, coser telas y fijar elementos de decoración. No obstante, independientemente del uso que se le dé, conviene tener en cuenta algunos consejos antes de utilizarla.
Es importante analizar el espesor de los materiales que se vayan a unir, así como su dureza y resistencia. Estos factores determinan la longitud de la grapa y la fuerza necesaria para atravesar las superficies.
Además, es recomendable usar grapas tres veces más largas que el grosor del material que se vaya a grapar.
Antes de trabajar con la grapadora mecánica, es necesario hacer una prueba para comprobar que la fuerza elegida es la apropiada y que las grapas se clavan de forma correcta.
Cuando se trabaja con materiales de escaso grosor, como cartón y papel, se utilizan grapas planas para mejorar la sujeción. Si en lugar de estos se manipulan tejidos o se quieren fijar cables, hay que cargar la máquina con grapas finas. Por último, los modelos más estrechos se reservan para los materiales gruesos.
Las grapas planas se utilizan en materiales de poco grosor y las finas se reservan para fijar telas
En general, una grapadora sirve para trabajar con revestimientos machihembrados, construir vallas, fijar telas en tapicería o realizar marcos decorativos. Su versatilidad se corresponde con una variedad de modelos y tamaños, que se adaptan a las necesidades de cada persona y la utilidad que ésta les dé.