Cómo y dónde guardar los juguetes en la habitación de los niños

Disponer de un espacio adecuado para guardar los juguetes favorece el orden en el hogar, además de que fomenta buenos hábitos en los pequeños
Por EROSKI Consumer 31 de octubre de 2013
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Los juguetes se pueden guardar en armarios, cajas, cajones y todo tipo de contenedores, siempre que sean seguros para los niños y permanezcan a su alcance para favorecer su independencia. Cuando el espacio es pequeño, se puede optar por cajas de almacenaje con ruedas fáciles de ocultar a la hora de dormir. Este artículo explica cómo organizar los juguetes, describe los muebles y contenedores apropiados para guardarlos y brinda algunas ideas para ordenar los juguetes con los menores.

Cómo organizar los juguetes

Contar con un espacio donde guardar los juguetes ayuda a mantener el orden y la limpieza en el cuarto de los niños y, a la vez, contribuye a generar en los pequeños buenos hábitos en el cuidado de la casa y de sus pertenencias. Pero es que, además, los juguetes sin usar desparramados en el suelo representan un riesgo adicional de posibles caídas.

Los espacios destinados a los juguetes deben ser seguros, con muebles firmes y de bordes redondeados

Tanto si se tiene mucho o poco sitio en la habitación, serán necesarios algunos muebles, estantes o cajas para ubicar los juguetes, de manera que los menores puedan acceder a ellos en todo momento sin depender de la ayuda de los adultos. Esto es importante para estimular en ellos la autonomía del juego.

Los lugares para guardar los juguetes deben ser seguros para los niños. Por este motivo, es recomendable que tengan su espacio propio en la habitación y no se mezclen con el almacenaje de otro tipo de objetos a los que no deban acercarse. Además, los muebles deben ser firmes y de bordes redondeados para evitar accidentes.

Una de las claves radica en organizar los juguetes dentro de armarios y estanterías según su altura, la frecuencia con que se usen y la estatura de los niños. De esta manera, los juguetes menos utilizados pueden ir en los estantes más altos, mientras que se reserva el espacio al que los pequeños pueden acceder con mayor facilidad para sus juguetes preferidos.

Muebles y contenedores para guardar los juguetes

Si se dispone de un armario en el cuarto de los niños, los juguetes pueden ir allí con toda comodidad. Para facilitar el orden en su interior, se pueden incluir cajas contenedoras que permitan guardarlos según su tipo: peluches, muñecos, bloques, coches, etc.

Por otra parte, las estanterías abiertas mantienen los juguetes a la vista y dentro de ellas es posible también tener algunas cajas extraíbles o correderas.

Existen plataformas con ruedas que se pueden guardar bajo a la cama sin necesidad de desarmar los juguetes

Las cajas contenedoras de plástico, que se utilizan para todo tipo de almacenaje en el hogar, constituyen una buena opción para guardar los juguetes. También pueden ser de otros materiales, como fibras naturales (mimbre, ratán, cáñamo, etc.), siempre que el pequeño, por supuesto, no tenga alergias ni experimente dificultades ante estos productos.

Una variante original para quitar los juguetes de la vista a la hora de ir a dormir es contar con una plataforma de madera (u otros materiales) con ruedas que pueda deslizarse bajo la cama con todos los juguetes encima sin que sea necesario guardarlos. Esta es una opción que los niños pueden aprovechar cuando montan un puzle grande u otras construcciones con las que juegan durante varios días.

Algunas ideas para ordenar los juguetes junto a los niños
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Imagen: Upsilon Andromedae

Para mantener el orden de los juguetes en el cuarto infantil no solo es necesario disponer de espacios donde guardarlos. También se debe tener en cuenta que los juguetes varían a medida que los niños crecen y que aumentan en número si no se realiza con cierta regularidad una limpieza que deje fuera los juguetes que ya no usan.

En esta tarea es fundamental su participación, ya que son ellos mismos los más idóneos para determinar qué juguetes ya no les interesan más. Encarada así, esta labor constituye un ejemplo de respeto hacia sus objetos y les facilita un conocimiento consciente de su propio crecimiento. A menudo, los pequeños se niegan a desprenderse de ciertos artículos, aunque ya no los utilicen. Siempre hay que evaluar cada caso en particular, porque muchas veces conviene respetar esas decisiones.

Se puede comenzar por clasificar los juguetes en tres categorías: los que se conservarán, los que el niño ya no usa y prefiere regalar o donar, y aquellos que están rotos y es preferible descartar. Una vez agrupados, será más fácil reordenar los que permanezcan en casa y destinar los otros a donación o la basura. También se puede equiparar una cantidad de juguetes nuevos con otra igual pero en desuso que habrá que quitar del armario para asegurar que la cantidad de juguetes permanezca constante.

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