Los empalmes eléctricos son una de las reparaciones habituales en el hogar. Sin embargo, no por ello es un arreglo exento de peligros. Se realizan entre varios cables para garantizar la continuidad del fluido eléctrico. La práctica tradicional de retorcer los hilos conductores y recubrirlos con cinta aislante, o esparadrapo, está prohibida en el Reglamento Electrónico de Baja Tensión (REBT). Por esta razón, para realizar una conexión segura y que cumpla con la normativa vigente se debe recurrir a dispositivos específicos. Así no se corren riesgos innecesarios ya que se evitan los recalentamientos y los cortocircuitos que se originan en caso contrario.
Con regleta
Utilizar regletas de conexión es la forma más segura de realizar una conexión eléctrica. Son dispositivos dividos en pequeñas cavidades aisladas, que permiten sellar la unión de dos cables sin peligro de contacto entre los conductores. Se elaboran en varios tamaños, según el grosor de los cables, y con diversos materiales. Se fabrican en caucho y en porcelana, aunque los modelos más habituales son los de plástico con capacidad para seis cables.
Las regletas de conexión se fabrican en caucho, porcelana y plástico
En primer lugar, es preciso pelar los extremos de los conductores que se conectarán. Una vez cortada esta parte de la funda exterior, se retuercen los filamentos y se insertan en las conexiones o clemas de las regletas. Para ello, se aflojan los tornillos de sujeción de los que dispone cada cubo, se introducen los extremos del cable y se atornilla.
Es recomendable asegurarse de que los filamentos de los conductores han quedado sujetos de forma correcta y comprobar que ningún filamento quede fuera de la clema, ya que podría causar fallos en la conexión. Esta operación se repite con el extremo del cable al que se empalma.
Para conectar un cable a un dispositivo de unión, como la regleta o la caja de conexión, es indispensable pelar de forma correcta los conductores. Es una operación sencilla, pero conviene seguir ciertas precauciones.
La herramienta óptima para realizar esta operación es la tijera de electricista. Se caracteriza por unas hojas que, en lugar de ser rectas, tienen recortada la silueta de un semicírculo de pequeñas dimensiones. Al juntar ambas hojas, el cable se inserta en el hueco que queda (con forma de circulo) y, de esta manera, se corta el contorno que envuelve los filamentos. La pinza pelacables es otro de los utensilios que se emplean para este cometido. Antes de utilizarla, se debe ajustar la punta de la herramienta al diámetro del cable. Es fundamental no cortar los filamentos para no alterar el funcionamiento del conductor.