Un ramo de flores secas es una excelente alternativa tanto para la decoración de una estancia como para adornar un regalo. La clave para su realización está en el secado de las flores, tarea que se puede realizar a través de distintos procedimientos. Este artículo explica cómo secar las flores al aire, con microondas, utilizando agentes secantes y otros métodos y aporta la opción de cañas y ramas secas para la decoración.
Las flores secas son una muy buena elección para la decoración de la casa, porque, por un lado, permiten la presencia de flores, pero, por otro, no exigen el cuidado y el recambio de las frescas. Y no solo flores: también pedazos de cañas o de ramas se pueden convertir en bellas piezas decorativas. El proceso de secado no es nada difícil.
Cortar las flores
Lo primero que hay que saber es que conviene cortar las plantas por el tallo lo más abajo posible. El corte se debe efectuar en diagonal, nunca recto y, por supuesto, con unas tijeras de podar, ya que hacerlo con otro tipo de herramientas puede dar malos resultados, tanto a nivel estético como para la salud de la planta y las flores.
Se recomienda cortar las flores en una época seca y calurosa, ya que a mayor humedad en el ambiente, más difícil es secar las flores
Se recomienda, además, cortar las flores en una época seca y calurosa, ya que cuanto más humedad haya en el ambiente, más dificultoso será luego secar las flores. Si la región es húmeda, se aconseja no hacerlo a primera hora de la mañana, para evitar que las flores estén todavía impregnadas de rocío.
Para la elaboración del ramo, conviene mezclar flores de diferentes especies, colores y tamaños, ya que de esa manera el valor visual del conjunto será mayor. La pérdida del brillo natural que las flores experimentan al secarse se puede compensar con los contrastes y las variantes cromáticas de las distintas posibles combinaciones.
Ciertas flores, como por ejemplo la rosa, se recomienda cortarlas antes de que se abran, cuando están todavía en estado de capullo. Se las debe dejar con el tallo introducido en agua para que se prosigan su desarrollo y, cuando comienzan a abrirse, es el momento en que se debe proceder a secarlas.
Secar flores al aire
El procedimiento más sencillo de secar flores consiste en armar los ramos (al hacerlo, conviene mezclar las flores que se desee incluir a diferentes alturas y según las posibles combinaciones de colores) y atarlos colgados boca abajo en un lugar cálido, seco, que no reciba luz directa del sol y con buena circulación de aire.
Para secar las flores al aire, se deben colgar en un sitio cálido, seco, que no reciba luz directa del sol y con buena circulación de aire
El principal aspecto negativo de este método es que requiere bastante tiempo: según las condiciones del ambiente y el estado previo de la flor, tarda en general entre uno y dos meses en secarse.
Por ese motivo, también hay que tener en cuenta esto al momento de elegir dónde colgarlas: debe ser un sitio en el que puedan permanecer durante todo ese tiempo sin ser movidas. Después de ese lapso, las flores estarán secas y el ramo ya servirá como elemento decorativo para la casa, para incluir en regalos, etc.
Secar flores con horno microondas
Un recurso mucho más rápido para secar las flores es hacerlo con el horno microondas. De esta forma lo que se tarda son entre tres y cinco minutos, pero es necesario realizar varias pruebas para comprobar el tiempo y la intensidad de calor necesarios, ya que estos dependerán de las características del pequeño electrodoméstico y de las condiciones iniciales de las flores.
Si se utiliza el microondas, las flores tienen que secarse sueltas y el ramo se debe confeccionar después. Esto puede ocasionar alguna dificultad, ya que las flores secas son más frágiles y tienen más probabilidades de romperse o deteriorarse. Pero tampoco es de una dificultad excesiva y la gran ventaja es el poco tiempo que lleva hacerlo.
Agentes secantes para las flores
Una tercera alternativa para el secado de las flores es el empleo de agentes secantes. Los más comunes son el gel de sílice y el bórax. Ambos productos se venden en tiendas de artesanías o droguerías, ya que son muy utilizados para este tipo de tareas. Con ellos (reducidos sus cristales casi a polvo) se pueden secar incluso las flores más delicadas, como las hortensias y los tulipanes.
El procedimiento es simple: en un recipiente se coloca una base de gel de sílice o bórax, sobre ella las flores y, luego, se cubren del mismo mineral, con cuidado de que las partículas se introduzcan entre los pétalos y en los intersticios de las flores. Se tapa el recipiente y se deja así un par de días y, después, se comprueba si las flores ya están secas (su superficie al tacto se debe parecer al papel y los pedacitos de cristal deben asumir un tono rosado). Si aún no están secas, se dejan un día más y se vuelve a probar. El proceso se puede extender hasta un máximo de una semana.
Otros métodos para secar las flores
Existen algunos otros métodos. Uno de ellos consiste en dejar simplemente apoyadas las flores sobre una superficie plana de papel, cartón o madera, o incluso mejor sobre una parrilla, para que tengan mayor ventilación. En este caso, las flores no deben estar en contacto unas con otras y, al igual que cuando se dejan colgadas, tardan varias semanas en secarse por completo.
Y también se puede prensar las flores, es decir, colocarlas entre hojas de papel (debe ser papel sin satinar, que pueda absorber la humedad). Claro que, de esta manera, las flores quedan «aplastadas» y no son aptas para elaborar ramos, aunque sí otra clase de adornos, como centros de mesa, velas, cuadros, tarjetas de felicitación, cajas de regalos, etc.
Otra posibilidad para la decoración es la de utilizar manojos de cañas o de ramas secas. Es un recurso rústico y a la vez minimalista, muy efectivo si se logra combinar con el resto de la decoración (es decir, cuando no hay demasiados adornos ni detalles, sino que la estancia es dominada por las líneas rectas y “limpias”).
Lo más idóneo para colocar las cañas o ramas es un jarrón o recipiente de cristal transparente, alargado y estrecho. Conviene cortar las ramas o cañas para que las piezas tengan diferentes longitudes y, de ese modo, al ser apoyadas de forma vertical, unas queden más altas que otras. Presentan la gran ventaja de que casi no requieren mantenimiento alguno, con excepción de quitarles el polvo que puedan acumular.