La clavelina es un ejemplar muy resistente, capaz de desarrollarse sin problemas en zonas frías si le aportamos una ligera protección y acolchamos su sistema de raíces, aunque prefiere los climas templados.
Su periodo de floración comienza a principios del mes de mayo y se prolonga hasta finales de verano, alegrándonos la vista con unas bellas flores rojizas. Deberá regarla con moderación, evitando excederse, y abonar cada 15 días para aportarle al sustrato los nutrientes que necesite. Puede sustituir en ocasiones el abono si renueva la capa superficial del sustrato sobre el que se desarrolla el ejemplar.
Retire las flores marchitas para evitar que su olor atraiga a las plagas. Para hacerlo lo más recomendable es que retire la flor desde el pedúnculo o pequeña porción de planta que la une al tallo.
Deje algunas de las flores para que se formen las semillas, muy fáciles de germinar, para guardarlas y sembrarlas durante los meses de febrero o marzo. No obstante es un ejemplar muy barato que puede tratar como anual y desecharlo una vez haya terminado su periodo de floración.