Antes de proceder a restaurar un mueble es conveniente observarlo bien para apreciar si sobre su superficie han aparecido los típicos agujeros de la carcoma o bien comprobar si algunas partes de éste necesitan ser sustituidas o reparadas con pasta de madera.
También es conveniente conocer qué tipo de recubrimiento decora el mueble, ya que en la mayoría de las ocasiones será necesario retirarlo, porque puede que se encuentre deteriorado o tengamos que repintar algunas zonas que vayamos a reparar.
El proceso para poder distinguir el barnizado el encerado es muy sencillo. Bastará con echar unas gotas de agua sobre su superficie, si está barnizada el agua resbalará, si está encerada dejará marca, por lo que es recomendable el empleo de barniz si el mueble va a ubicarse cerca de lugares húmedos.
Si el mueble está encerado deberá retirar éste producto impregnando con aguarrás un trozo de lana de acero, que deberá frotar en el sentido del veteado. A medida que frote vaya retirando la cera con un trapo de algodón.
Para el barniz emplearemos una gruesa capa de un producto decapante, aplicada en círculos con una brocha de pelo grueso. Dejaremos actuar al producto decapante durante el tiempo indicado en el embase por el fabricante. Tras éste proceso emplearemos una espátula para retirar el producto que se haya levantado.
Repasaremos las zonas de las que no hayamos podido retirar el barniz repitiendo la operación. Esto es algo normal y no se debe a una mala aplicación o actuación del decapante, es muy posible que si el mueble es antiguo haya sido repintado en alguna ocasión y sea más difícil retirar el barniz de determinadas zonas. Para retirar los restos del decapante frotaremos el mueble con lana de acero impregnada en alcohol.
Una vez retirado tanto el barniz como la cera es necesario lijar bien el mueble, en el sentido de la veta, para que la madera absorba la menor cantidad posible de los productos con los que vamos a decorarla. Es recomendable emplear un taco de madera, que envolveremos con la lija, para poder trabajar con mayor facilidad.
Si el mueble tiene manchas es necesario tratar de retirarlas, empleando agua y jabón, o un decolorante si son demasiado viejas y no se pueden limpiar. Una vez igualado el color de la superficie límpiela con agua para evitar que el decolorante siga actuando y la decolore demasiado o vuelva a desigualarla.
Una vez limpio y reparado podrá proceder a decorar su mueble, aplicándole una mano de tapaporos, una de imprimación y una de pintura, cera, barniz o barniz tinte, según el acabado que desee aplicarle.